La trasera del ‘Retrato de David Joris’ que escondía una denuncia por herejía

La trasera del ‘Retrato de David Joris’ que escondía una denuncia por herejía

El Kunstmuseum de Basilea se apunta a la moda de dar la vuelta a las pinturas para mostrar el reverso de 36 de ellas y enseñar al público dedicatorias o pegatinas que normalmente solo pueden ver los especialistas; Verso permite rodear estas obras y descubrir detalles ocultos, como el texto que identifica y denuncia al fundador de la secta jorista.

Trasera del Retrato de Juan Federico el Magnánimo pintado por Lucas Cranach el Viejo con una pintura negra y un escudo de armas. 1533. Kunstmuseum Basel, Donación de la Fundación Prof. J.J. Bachofen-Burckhardt. Fotografía: Julián Salinas.

Hay una norma tácita que obliga a exponer los cuadros del derecho, porque lo natural es que apreciemos los trazos, la composición y los colores utilizados por el artista. Sin embargo, esa ley no escrita parece desdibujarse cuando las obras entran en el taller, donde se analiza cada palmo del lienzo o la tabla, por delante y por detrás –desnudo del marco–, con aparatos que revelan cualquier detalle que la pieza pueda esconder.

Ese privilegio solía estar destinado únicamente a los conservadores y restauradores, pero ahora parece que el placer morboso por acercarse a los cuadros dados la vuelta –para descubrir sus heridas, apuntes o añadidos posteriores– se ha puesto de moda en los museos y se ha hecho extensible también al público.

Primero fue el Prado quien en 2023 apostó por Reversos, una muestra en la que muchos de los cuadros se exponían contra la pared y el bastidor a la vista. Esta vez le toca el turno al Kunstmuseum de Basilea, que hasta el 4 de enero de 2026 presenta Verso. Historias desde el otro lado. Un ‘lado’ a menudo oculto que revela detalles relevantes sobre la obra.

Maestro neerlandés. Retrato del anabaptista David Joris. Hacia 1540-1544. Óleo sobre tabla. Kunstmuseum Basel, donación del Gobierno de Basilea. Fotografía: Martin P. Bühler.

Uno de los casos más interesantes lo encontramos en el Retrato de David Joris pintado por un maestro neerlandés desconocido. En realidad, poco importa quién fue el que hizo esa figura de un supuesto noble llegado a Basilea desde los Países Bajos en 1544, que vivió prósperamente en la ciudad hasta 1556.

Lo interesante es la inscripción –en alemán y en latín– añadida posteriormente en el dorso por el ayuntamiento de Basilea, cuando se descubrió el secreto del cuadro: ese enigmático noble era en realidad el “hereje empedernido” fundador de los joristas (no en vano, Carlos V le había declarado enemigo del Sacro Imperio Romano Germánico y había promulgado un edicto que ordenaba su exterminio y el de todos los que perteneciesen a su secta).

Es curioso cómo el texto añadido en el verso –ahora a la vista de todos en el Kunstmuseum de Basilea– relata hasta el juicio póstumo del personaje por herejía y la consecuente quema en la hoguera de su cadáver.

Trasera del retrato de David Joris con la inscripción póstuma del retratado en 1559. Fotografía: Martin P. Bühler.

Esta es una de las 36 obras presentes en la exposición, que reúne diversas pinturas de Hans Baldung, Lucas Cranach el Viejo o Jacob Cornelisz. van Oostsanen datables entre los siglos XIV y el XVIII. Gracias a ella descubrimos piezas que tienen la parte de atrás decorada con arabescos y otras donde se aprecia el uso del jaspeado para crear la ilusión óptica de la piedra. En los retratos, por ejemplo, también es común encontrar escudos heráldicos o iniciales que identifican a los personajes representados.

Pero no toda la información que contiene la trasera de un cuadro tiene que ver necesariamente con el artista o el periodo en que se creó. A veces las decoraciones del reverso son posteriores, como ocurre en el retrato doble del alcalde de Basilea, Jacob Meyer zum Hasen, y su esposa (1516).

Esta composición de Hans Holbein el Joven estaba pensada para contemplar los dos paneles montados uno junto al otro. Hasta que el alcalde decidió añadir en la parte de atrás de su efigie el escudo de armas familiar para que, al cerrar el doble retrato, se mostrase la heráldica como si fuese la portada de un libro.

Vista de sala de “Verso” con Santa Catalina de Lucas Cranach el Viejo en primer plano. Kunstmuseum Basel. Fotografía: Julián Salinas.
Pieter Snyers. Bodegón con prímulas y verduras. 1701-1752. Óleo sobre cobre. Kunstmuseum Basel, donación de la Fundación Prof. J.J. Bachofen-Burckhardt. Fotografía: Max Ehrengruber.

Algo parecido ocurrió con un díptico de Cristo y María que encargó el comandante suizo Hans von Hallwyl hacia 1480. Tres décadas después, un descendiente suyo decidió añadir en el reverso los escudos heráldicos de la familia y de su esposa.

Y un último descubrimiento a cuenta de Verso. Historias desde el otro lado del museo de Basilea: Pieter Snyers utilizó una plancha de cobre de impresión ya dañada como soporte para una de sus pinturas, convirtiendo la trasera de la obra primigenia –siglo y medio anterior– en la parte delantera de su propia obra. Sol G. Moreno

Martin de Vos. Danza alrededor del becerro de oro (reverso del bodegón de Snyers). 1587. Cobre. Fotografía: Max Ehrengruber.