LOS ÓLEOS Y ESTAMPAS ‘MOKU HANGA’, DE MARÉCHAL
El académico de Bellas Artes presenta 36 obras creadas con esta dificll técnica xilográfica japonesa que permite variedad de matices
No se sabe si fue el amor por su trabajo de grabador, su constante inquietud, su afán de investigar y de ir más allá o su eterno deseo de emplear el color en los grabados lo que le llevó a François Maréchal a experimentar con la técnica xilográfica tradicional japonesa moku hanga; un arte nada fácil y sí muy complicado en el que, entre otras cosas, requiere la presencia del artista en todas las fases del proceso: desde el dibujo, al color –una plancha para cada uno de ellos-, al grabado, la estampación y la edición. Confiesa que lo intentó hace algunos años pero entonces fracasó en la aventura. Tal vez la culpa fue la de no añadir sobre la plancha húmeda unas gotas de cola de arroz a los pigmentos allí colocados y poner encima, para la estampación, el papel también humedecido. ¡Vayan ustedes a saber! El caso es que ahora el viejo sueño se ha hecho realidad.
La experiencia, según los críticos, ha sido positiva. Se puede comprobar si se visita la exposición de 16 estampas moku hanga que, junto con 16 óleos, se ofrece en la Galería Orfila. El asunto elegido ha sido la naturaleza: paisajes con recuerdos japoneses y flores, a veces las mismas, pero de distintos colores como sucede con tres preciosos iris bien enmarcados y colgados en una de las paredes. Las tintas al agua que emplea, en lugar de las grasas de la xilografía occidental, mezcladas con goma arábiga, permite los difuminados y las transparencias de las acuarelas. La muestra comienza con un pequeño retrato de Van Gogh para seguir con los paisajes -rojos, azules y grises- para los que fue necesario emplear una brocha de cerdas duras, típica del arte zen, que arrastra la pintura. Nada que ver con los pinceles occidentales. Entra luego la luz. Hay muchas luces en estos grabados. No es impresionista. Llega de todas partes. Las figuras se ven al acercarse a ellas.
Espacio casi entero para los óleos dedicados también al paisaje. Están pintados en un estilo que podríamos calificar de transición, entre lo figurativo y la abstracción. Nos hacen pensar en el romanticismo, en Turner.
François Maréchal, un normando afincado en España desde hace muchos años, es académico de número de Bellas Artes de San Fernando y de varias asociaciones internacionales de grabadores. Está considerado como uno de los mejores de los últimos tiempos. Su obra figura en colecciones privadas y en mportantes museos de Madrid, Valencia, Nueva York, de San Francisco y Méjico.
Abierta hasta el 26 de mayo de 2015. Maria Pura Ramos