Los encapsulados de Darío Villalba
La Comunidad de Madrid presenta Pop soul. Encapsulados & Otros, una exposición que reúne el mayor número de las obras más personales y reconocidas del artista Darío Villalba: los encapsulados. La muestra, que se puede visitar en la Sala Alcalá 31 hasta el 28 de julio, supone un homenaje a este artista, fallecido en 2018. Un nombre imprescindible en el panorama artístico español del siglo XX, con una amplia presencia en el ámbito internacional. Darío Villalba (San Sebastián, 1939 – Madrid, 2018) adquirió pronto una visión muy particular del panorama artístico español de la época. Vivió en Estados Unidos en los años 60, allí asistió en primera persona al nacimiento del arte pop americano, estilo que adoptó para mostrar sus preocupaciones, centradas más en el consumidor que en la sociedad mediatizada en sí.
A mediados de los años sesenta, Villalba adoptó un estilo propio a través del uso de la fotografía y la utilización pictórica de este medio. Emplea sus imágenes para reflejar y nombrar lo innombrable, buceando en el universo de la locura y la marginación, a través de un archivo de “documentos básicos” que utilizó en diferentes momentos de su carrera.
Los encapsulados, representan su obra más temprana. La primera generación de esta producción tiene un fuerte colorido. Son esculturas suspendidas, insertadas en una pompa de metacrilato transparente, algunas con un hiriente rosa fuorescente en su dorso, que protegen al individuo del mundo exterior. Realizadas entre 1968 y 1969, se expusieron en 1970 en la XXXV Bienal de Venecia y bajo el comisariado de María Luisa Martín de Argila. Obtuvo así un temprano reconocimiento internacional. El artista describía en su momento a estos objetos como ambiguos, poéticos y transparentes denominándolos “juguetes patológicos para adultos”.
Tras ellos, realiza una segunda serie de encapsulados en la que evita utilizar colores tan llamativos y se centra más en el negro, dejando así de lado el rosa , para insertar en ellos instantáneas cargadas de emocionalidad y evocación, con figuras solitarias y desvalidas llenas de fuerza expresiva. Estas piezas obtuvieron el Gran Premio en la Bienal de São Paulo en 1973, se expusieron posteriormente en la histórica Galería Vandrés.
Lo innovador de esta exposición es que , aparecen por primera vez juntos, nueve de sus encapsulados rosas y 12 de sus encapsulados blancos y negros. Junto a ellos, la exposición incluye varias piezas ligadas al tema recurrente de la piel, un tejido que fascinó a Villalba para quien el ser humano tenía “dos pieles: una la de siempre, otra su invento, su industria, su propio tejer”. En Alcalá 31 se pueden ver varios de sus denominados emblemas, piezas consideradas por el artista como su firma, sus señas de identidad. J.M Escudero