Exposición : «Buero Vallejo, dibujante»
LOS DIBUJOS DEL DRAMATURGO BUERO VALLEJO
Está considerado como uno de los dramaturgos españoles más importantes del siglo XX pero se desconoce, en cambio y mucho, su faceta de ilustrador y dibujante. Porque fue ambas cosas y lo hizo tan bien que sus trabajos merecieron el calificativo de excelentes. Se cumple ahora el centenario de su nacimiento y la Biblioteca Nacional ha organizado una exposición con algunos de sus dibujos y retratos (los de Ramón y Cajal, el médico húngaro Goryan o el comandante republicano Narciso Julían) junto con varios de sus esquemas sobre los movimientos de tropas durante la Guerra Civil y varias igualmente de las ilustraciones publicadas en los periódicos de campaña: La voz de la sanidad de la XV División y La voz de la sanidad del ejército de Levante, durante los años de la contienda.
En el primero figuran 12 dibujos de Buero firmados y otros 135 sin firmar, pero que se le adjudican, sin duda. Algunos sirven de acompañamiento a sus poemas. Entre los no firmados 55 se consideran seguros de Buero. Son gráficos, croquis, esquemas, viñetas de divulgación sanitaria, posiblemente copiadas de obras técnicas, y otras, por la historia que acompañan, del escenario de la vida diaria, afrontada, en la medida de lo posible, con buen humor. En este sentido se encuentra un “cuento sanitario”, publicado en 1938, en el que aparece el mismo entre los protagonistas, ilustrado con un escena en la que unos insectos asisten a una función teatral. En otro números posteriores destacan los retratos de Ramón y Cajal y llegó a reconocer que uno de los más emotivos de aquella etapa fue el que hizo del brigadista Peter, muerto en combate. Según los expertos, los dibujos de Buero, casi siempre a pluma, presentan un trazo firme, con pleno dominio del rayado. Al acabar la guerra Buero Vallejo pasa por distintas cárceles. En el penal de El Dueso (Cantabria), retrata sobre papel amarillo a un compañero de presidio, el comandante republicano Narciso Julián. En su periplo por diferentes prisiones, escribió sobre pintura e hizo cientos de retratos de reclusos. Según el periodista Luis Alemany cualquier noticia sobre Buero Vallejo remite al retrato de Miguel Hernández que hizo en la cárcel de Torrijos. La historia es más o menos conocida: Hernández temía que su hijo olvidara su cara, de modo que le pidió a Buero que le dibujara. Cuando terminó envió el boceto a Josefina con una nota: “ya que no puedo ir de carne y hueso, iré de lápiz, o sea, dibujado por un compañero de fatigas, como verás, bastante bien “. La carta lleva fecha de 4 de marzo de 1940. Para Hernández, Buero era sólo un compañero más, muy lejos de la fama y el impacto que supusieron la publicación y el estreno de Historia de una escalera, en 1948 dos años después de que Buero recobrara la libertad.
Abierta hasta el 5 de noviembre de 2016. MPR