LAS OBRAS BOSQUIANAS DEL PRADO, A EXAMEN

LAS OBRAS BOSQUIANAS DEL PRADO, A EXAMEN

LAS OBRAS BOSQUIANAS DEL PRADO, A EXAMEN

Los expertos del museo nacional madrileño defienden la originalidad de las tres tablas que el Bosch Research and Conservation Project (BRCP) puso en duda el pasado febrero, al considerarlas de taller o seguidor.

Nada mejor que un aniversario para repasar la obra de un artista. Sobre todo si se trata de alguien tan enigmático, fascinante y desconocido como el Bosco. Vivió cerca de 60 años pero solo se le atribuyen 25 pinturas, o 21 según se mire. El grupo de expertos holandeses creado expresamente para revisar el corpus del maestro en el V Centenario de su muerte levantó ampollas el pasado mes de febrero cuando redujo el número de obras autógrafas del pintor de ‘s-Hertogenbosch, sobre todo porque algunas de ellas pertenecían nada más y nada menos que a la primera pinacoteca española: el Museo del Prado.

Los miembros del Bosch Research and Conservation Project (BRCP) concluyeron, tras varios análisis y estudios previos, que  La extracción de la piedra de la locura y la Mesa de los Pecados Capitales no eran del maestro sino de su taller o un seguidor. Así lo reflejaron en el catálogo razonado que acompañaba la muestra Visiones de un genioDe igual forma, Las Tentaciones de san Antonio Abad quedaba relegada a seguidor del Bosco. El debate estaba servido.

En aquel momento, el Prado evitó pronunciarse y emplazó a todos a consultar el catálogo editado con motivo de la exposición que ayer abrió sus puertas en la planta baja. Es ahora cuando llegan las explicaciones y justificaciones de la institución. “No se trata de defender a capa y espada nuestras pinturas, se trata de ser  convincente”, manifestó el director adjunto del museo, Miguel Falomir. “Si el Prado rechaza las conclusiones del BRCP no es por inmovilismo. Cuando se demuestra que una nueva autoría es cierta la cambiamos; es el caso de la Infanta doña Margarita de Austria, atribuida a Velázquez, que ahora figura como Martínez del Mazo”.

“Mesa de los Pecados Capitales” (detalle del rosetón superior izquierdo y su radiografía).

Según Falomir, los argumentos científicos –estudio de la madera–, documentales –escritos de Felipe de Guevara– y de connoisseur –basados en el ojo experto– esgrimidos por los estudiosos holandeses “no rechazan la autoría del Bosco”. La dendrocronología, por ejemplo, revela que la madera de las tablas es de 1464 en adelante, lo que significa que sí pudieron ser utilizadas por el propio pintor. Sin embargo, las fechas propuestas por ambos equipos de expertos para datar las obras no coinciden. Y ahí está el debate.

El BRCP data la Mesa de los Pecados Capitales entre 1510 y 1530 (años después de la muerte del Bosco). Pintada sobre madera de chopo en vez de roble –algo excepcional–, cree que pudo ser utilizada como tabla para una mesa. Basa sus conclusiones en los testimonios de Felipe de Guevara, quien sugirió en Comentario de la pintura que se trataba de una obra de algún discípulo o seguidor. Lo cierto es que no ha podido examinar la obra, porque el Prado le denegó el permiso; además, la madera de chopo no puede ser datada mediante dendrocronología. Desde la pinacoteca española, Pilar Silva admite que resulta excepcional la madera de chopo, más ligera y transportable, así como el hecho de que fuese pintada a contraveta. Sin embargo, defiende la autenticidad de la firma que aparece en el cuadro –Jheronimus bosch– y fecha su ejecución entre 1505 y 1510 en función de la vestimenta de los personajes. “Posee la capa de imprimación gris típica del maestro y un dibujo subyacente con un modelado diverso en sus diferentes partes”, aseveró en la presentación. “Nadie que no sea el Bosco podría haber hecho una composición como esta, ni siquiera su mejor discípulo (Brueghel)”, concluyó.

Detalle de la firma de la Mesa de los Pecados Capitales.

La extracción de la piedra de la locura es otra de las obras cuestionadas. Para el equipo liderado por Jos Koldeweij y Matthijs Ilsink, se trata de una obra de taller o seguidor datable entre 1500 y 1520. Está basada, según afirman, en un original del maestro que debió de realizar cuando Felipe el Hermoso recibió el collar del Toison de Oro. “Los análisis confirman la sospecha de que se trata de una copia, pues la peculiar manera de trabajar del Bosco con continuos experimentos y ajustes de composición están aquí ausentes”, escriben en el catálogo.

Por su parte Pilar Silva recupera la opinión del historiador Carl Justi, el primero en proponer la autoría del Bosco. Asimismo, adelanta los años de su ejecución: 1501-1505, precisamente la fecha en la que el hijo ilegítimo de Felipe III fue admitido en la Orden del Toison de Oro (1501). “En mi opinión es el prototipo original del Bosco”, explica Silva en la ficha correspondiente, “si bien comparto con el BRCP la idea de que el comitente de este ejemplar del Prado fue Felipe de Borgoña”.

En el caso de las Tentaciones de san Antonio abad no hay duda: tiene unos añadidos posteriores. Décadas después de su ejecución, y por motivos de conservación, tuvieron que intervenir en la tabla, momento que aprovecharon para llenar de hojas el fondo. Es una de las obras más discutidas, ya que desde 1968 ha suscitado opiniones a favor y en contra. Para los expertos holandeses se trata de una copia de un seguidor del maestro, Silva en cambio apuesta por la originalidad del Bosco.

“Extracción de la piedra de la locura” (detalles de la pintura y la radiografía publicada en el catálogo razonado del BRCP).

Tres obras, sometidos a diversos exámenes, estudios técnicos y pictóricos, que contribuyen a un mejor conocimiento del maestro más allá del debate sobre su autoría. Sol G. Moreno

Mesa de los Pecados Capitales. Óleo sobre tabla. Museo Nacional del Prado, Madrid. Depósito de Patrimonio Nacional.
“La extracción de la piedra de la locura”. Museo Nacional del Prado, Madrid.