Los 53.000 euros en dos lotes de pintura filipina y la venta del siglo XIX, lo más destacado de la licitación del día 26
Si las últimas colonias, Cuba y Filipinas, se perdieron en 1898, parece que en estos últimos tiempos una de las principales ganancias de las casas de subastas españolas es, sin duda, la venta de arte relacionado con Filipinas. Su mercado reclama su historia, y su compra parece basarse más en el talonario, cueste lo que cueste, que en la calidad; eso al menos es lo que parecen indicar las últimas ventas, y no sólo en Durán…
Como comentamos en nuestro artículo de previos (leer), era más que previsible que la pareja de lienzos con los Retratos del matrimonio Azcárraga 101 x 71 cm, y 100 x 80 cm; 132) de Escuela filipina del siglo XIX siguiese los pasos de sus predecesores firmados por Juan Arzeo (leer). Los retratados eran José Azcárraga y Ugarte y su mujer, la filipina María Isidra Palmero Berzosa, padres del general José Azcárraga y de Marcel Azcárraga, presidente del Consejo de Ministros tras el asesinato de Cánovas del Castillo. Y hay que reconocer, sin temor a equivocarnos, que la calidad de los retratos era bastante escasa, con una sensación final entre acartonada y cerúlea; de ahí precisamente la valoración de la casa por apenas 1.200 euros. Pero el talón manda en este mercado, ávido de historia y de objetos que hablen de ella, y hasta unos nada despreciables 27.500 euros voló finalmente la pareja.
Algo semejante sucedió con el algo mejor Retrato de Pilar Azcárraga y Palmero (O/L, 60 x 50 cm; 131) del filipino Rafael Enríquez. La retratada casó con Felipe María de Govantes y Merino, gobernador de Filipinas; para más señas, aparecía también retratada de niña junto a sus padres, hermano y niñera en el cuadro de Juan Arzeo de 1824. Y por el mismo sencillo motivo, pasó de los 2.000 euros iniciales hasta los 16.000 euros finales. Se demuestra, una vez más, la potencia del mercado asiático en general, y de lo filipino en particular.
Las otras ventas importantes de la cita correspondieron al siglo XIX. Posada del Sol (O/L, 31 x 47 cm; 149) de José Benlliure se vendió por los 11.000 euros de la salida; lo mismo sucedió con El cazador galante (O/L, 64 x 106 cm; 150) del bilbaíno Mamerto Seguí, aunque esta vez por un precio menor, los 7.000 euros iniciales. En cambio, subió muy ligeramente, apenas 500 euros, el Estudio masculino. Academia (31 x 23,5 cm; 134) de Mariano Fortuny, al adjudicarse finalmente por 6.500 euros a un teléfono.
Fallaron esta vez las ventas de los grabados de Lichtenstein (203; 10.000 euros) y de Picasso (202; 6.000 euros); y así, las ventas del siglo XX importantes se redujeron a dos, ambas por la salida inicial: Figuras indígenas (técnica mixta con aguada sobre tabla, 200 x 75 cm; 440), realizada por José Vela Zanetti en 1960, por 10.000 euros, en una buena compra, sin duda; y el dibujo a lápiz sobre papel de Mériem Mézian, Mujeres en un salón de Riad (49 x 69 cm; 441), por 3.500 euros. Daniel Díaz @Invertirenarte