La Suite rompe el mercado con la casa del Embajador
La subasta del 6 de junio consiguió una recaudación de casi 350.000 euros.
El gran atractivo de la subasta de La Suite radicaba en que se trataba de una venta singular: la casa de un embajador y las piezas que coleccionó a lo largo de todos sus destinos. Se vendieron el 90% de los lotes. Tal fue el interés que, durante la primera hora, solo se pudieron subastar 17 lotes.
El hecho de que muchas piezas estuvieran fuera del circuito añadía interés y sorpresa a su venta. El resultado fue que el conjunto casi llegó a los 350.000 euros. Pero vamos con lo más llamativo de la jornada.
Como apuntamos en nuestro artículo de previos, quizá una de las piezas más notables, portada del catálogo, era la doble puerta firmada en uno de los paneles por Pierre Dunand (París, Francia, 1914-1996). La pieza –que estaba compuesta de 12 paneles articulados decorados por ambas caras en laca de color cobre, sobre fondo de tonalidad carey rubio realzado con dorado– se remató por 44.000 euros.
Su pareja, del mismo autor y características, pero de dimensiones inferiores, superó su estimación más baja –20.000 euros– y se remató en 26.000 euros.
Otra de las subidas de la noche fue The Mastaba of Abu Dhabi de Christo Javacheff. Se trata de una pieza compleja, que hace uso de una técnica mixta además del dibujo, collage, fotografía y óleo sobre cartón y bajo marco de plexiglás del artista. Los 25.000 euros iniciales resultaron escasos y las pujas ascendieron hasta 39.000 euros.
La sección de los dibujos fue otra que contribuyó a aumentar el resultado de la cita. Nuestro embajador poseía una curiosa colección de obras sobre papel de Francis Picabia. El que representaba un Desnudo Femenino, que partía desde 1.000 euros de estimación, alcanzó los 15.500 euros. También Manola superó las expectativas, llegando hasta los 6.000 euros.
También hubo tiempo para las artes decorativas. Sirvan de ejemplo dos lotes. Por un lado, las cuatro matrices de madera talladas para impresión xilográficas pensadas para un tarot completo de 78 cartas. Estas arrancaron en 800 euros y el ganador de las pujas se hizo con ellas por 12.500 euros. Por otro, estaba la antigua vajra de bronce dorado del Tíbet (siglo XV o XVI), que rápidamente dejó atrás sus estimaciones de 800 a 1.200 euros y se vendió por 9.750 euros.
El Estado también intervino en la licitación, desembolsando apenas 2.500 euros por un Naufragio de escuela holandesa del siglo XVII con una firma ilegible. Alguien del Ministerio de Cultura supo leerla. No cabe duda.