LA SINGULAR MODERNIDAD DE PEGGY GUGGENHEIM
La vida de Marguerite “Peggy” Guggenheim (Nueva York, 1898- Padua, 1979) fue una aventura extraordinaria que apostó por la creatividad y la innovación de muchos de los grandes artistas del siglo pasado. La biografía escrita por Francine Prose (Nueva York,1947), editada recientemente por Turner, Peggy Guggenheim. El escándalo de la modernidad, es un riguroso acercamiento a la figura poliédrica y controvertida de una mujer que consiguió que su vida personal, muy poco convencional, y el mecenazgo artístico desarrollado desde la década de los años treinta del siglo XX hasta su fallecimiento no dejara indiferente a nadie.
Francine Prose es una gran investigadora que se ha especializado en biografías de figuras femeninas tan relevantes como Mary Shelley o Ana Frank. Al abordar la vida y trayectoria de Peggy Guggenheim, Francine se ha documentado tanto con la autobiografía escrita por Peggy Guggenheim como por otras aproximaciones a su figura. Esa labor documental le ha permitido una mirada cercana, exenta de prejuicios, a una persona contradictoria que se movió entre la timidez y la provocación pero que siempre luchó por conseguir lo que creía. Quizás su mayor logro fue abordar un proyecto de vida para legarnos a las generaciones futuras un tipo de arte vanguardista e innovador, viendo más allá de lo muy inmediato.
Peggy Guggenheim, hija de Benjamin Guggenheim- fallecido en el hundimiento del Titanic- y de Florette Seligman, y sobrina de Solomon R. Guggenheim, fundador de la colección y del Museo Guggenheim. Formaba parte de una de las grandes dinastías norteamericanas que habían adquirido fundiciones y refinerías y que explotaron minas de oro, estaño, cobre y planta en América Latina y África hasta convertirse en una de las familias más ricas de Estados Unidos. Sin embargo, muchos de ellos siempre tuvieron presente “devolver parte de lo obtenido” a la sociedad, tanto en causas benéficas, en el apoyo a la cultura y en ser generosos con amigos y artistas, como hizo la propia Peggy cuando ayudó a numerosos artistas a huir de Europa durante la segunda guerra mundial.
A lo largo de su vida estuvo atenta a lo que los demás pensaban de ella, pero eso no la coartó para que viviera libremente su sexualidad y una vida amorosa llena de azares en todos los sentidos. Desde su matrimonio con Laurence Vail en 1922, que le introdujo en un mundo cultural refinado, Peggy empezó a vislumbrar una carrera profesional que tardaría casi dos décadas en fraguarse pero que le sirvieron para ir formándose con escritores como Djuna Barnes, a la que ayudó, y con numerosos artistas plásticos. Ente las paradojas de trayectoria vital cabría destacar su fuerza de voluntad pero que, en muchas ocasiones, era capaz de supeditar sus relaciones amorosas y profesionales a la de los hombres que habitaban su vida. Además de su numerosas aventuras tuvo relaciones estables con John F. Holms, Douglas Garman, Samuel Beckett y Max Ernst, entre otros.
Un año decisivo en la vida de esta mecenas fue 1937 cuando decidió que iba a fundar la galería Guggenheim Jeune. algo que ocurriría un año más tarde en Londres. lo que le permitió entrar en contacto con artistas jóvenes y en algun modo consagrados. La primera exposición fue la de Jean Cocteau. Antes había conocido a André Breton y a Marcel Duchamp, que le presentó a Kandinsky- a quien dedicaría su segunda retrospectiva-, Tanguy y Arp. También expuso a Cedric Morris y a escultores de la talla de Brancusi, Moore y Calder, en una colectiva. Sin embargo, la galería cerraría con una exposición del grabador Stanley Hayter en junio de 1939, cuando la guerra ya se vislumbraba en Europa.
A partir de ese momento, Peggy se trasladó a Francia, primero a París y luego al sur de Francia, antes de emprender el retorno a Nueva York huyendo de Europa, momento en el que ayudó a varios artistas y amigos a huir de la persecución nazi. En ese período y en otro posterior en Estados Unidos Peggy decidió ir comprando obras de artistas para formar una colección, que varios años más tarde instaló en el Palazzo Venier dei Leoni en Venecia, que terminó siendo su casa museo. A su llegada a Nueva York, con Max Ernst, empezó a buscar un espacio para instalar una galería de arte y así nació Art of this Century en 1942, que primero fue un catálogo con grandes creadores plásticos del siglo XX y luego dio nombre a un gran escaparate para el arte como no se conocía. Quizás sin pretenderlo del todo consiguió que los aficionados al arte vivieran una experiencia sensorial y espiritual.
Muchos de los grandes creadores norteamericanos como Pollock, Motherwell y otros encontraron el reconocimiento necesario para su carrera plástica. Y muy especialmente Jason Pollock a quien firmó su primer contrato y supo ver su singularidad en el panorama plástico de los años 40 del pasado siglo. El mural que ahora se está exponiendo en el Museo Picasso de Málaga fue un encargo que Peggy encargó a Pollock para el vestíbulo de su casa en Nueva York. A partir de ese mural aumentó la proyección de Pollock en las colecciones públicas y privadas de Estados Unidos. Cinco años después de su apertura decidió cerrar su galería en Nueva York y regresar a Europa. Eligió Italia y se instaló en Venecia donde vivió hasta su muerte en 1979. En los años 50 compró el Palazzo Venier dei Leoni y allí instaló gran parte de su colección de arte, que poco antes de morir legó a la Fundación Guggenheim aunque pidió que se quedaran en Venecia y solo se cedieran las obras para préstamos temporales. Allí desde 1979 permanecen los restos de una adicta al arte, que supo interesarse por los demás y apoyar el talento creativo de los artistas porque solía huir de los lugares comunes. Julián H. Miranda
Título: Peggy Guggenheim. El escándalo de la modernidad
Autor: Francine Prose
Colección Turner Noema
PVP: 21 euros