La plata lo mejor en Durán

La plata lo mejor en Durán

Cierta expectación había levantado el retablo de Nuestra Señora de la iglesia adyacente a la casa-fuerte de San Gregorio en Soria. Del que se ponían a la venta un conjunto de seis tablas (115) atribuidas al escultor Juan de Artiaga (muerto en 1595) y pintura y estofado de Tomás Ruiz de Quintana. Pero no encontraron comprador en los ajustados 32.500 euros en los que se había estimado su salida, demostrando una vez más que la venta de escultura en España, no está pasando por sus mejores momentos, como lo comprobamos en cada una de las subastas a las que asistimos. Si se adjudicó en cambio el 434, un pequeño relieve policromado del s. XVI representando a un “Santo”, y que los escasos 400 euros en los que comenzaba, animó a un par de coleccionistas para que se cubriera la salida y se diera tan sólo una puja más para acabar en 425 euros. En este apartado, la cifra más alta la consiguió “Dourga” (383) una figura crisoelefantina de estilo Art Decó siguiendo la original de Demeter Chiparus, dándose por los 2.250 euros en que partía.

 

De toda la licitación, la plata, sin tener piezas de primer nivel,  fue la sección por la que más apostaron los inversores, subiendo en varios de sus lotes algunas pujas respecto a su tasación inicial. A eso ayudo los precios bastante bajos en que comenzaron muchas de ellas, como el interesante cáliz de plata española (410) de principios del s. XVI y con la base posterior de mediados del s. XVII con punzones de Madrid, Villa y Corte, con marcas del ensayador mayor Bernardo Pedrera. Empezó en 500 euros y acabó en 850. Algo parecido le sucedió al 409, un servicio de café y té, Ley 916 con punzones de Madrid del año 1917 y del orfebre Durán. Con un peso total de 1.783 grs. Se remató en 650 euros, algo más de los 550 del comienzo. El 413, un frutero realizado en plata española de 16 x 32,5 cm de tamaño, se alzó hasta los 400 euros desde los 180 de inicio.

 

Esta sala de subastas lleva un tiempo que ante la falta de grandes obras en artes decorativas, parece que está confiando en las bajas estimaciones que hace, para intentar atraer a un público que de otra manera quizás no está consiguiendo. Y es que, como ya venimos advirtiendo, aquí siempre se encuentran oportunidades, sólo hay que estar atento a ellas. Como la interesante cama fernandina (572) del primer tercio del s. XIX. De buena calidad en su factura, destaca la marquetería de limoncillo del friso superior a base de roleos y pájaros, con un vistoso copete rematado por arquerías. Todo ello coronado por un florero tallado y dorado. Empezó en tan sólo 500 euros y acabó en 1.100. Estupendo precio también en el que partían las dos cómodas mallorquinas de mediados del s. XIX (553 y 554), en madera de palo santo, caoba e incrustaciones de zinc dibujando adornos vegetales. Consiguiéndose vender únicamente la primera por 500 euros de los 400 del comienzo. Mariano Santos @AntgOln