La monográfica de Carla Cascales recupera la belleza a partir de la esencia

La monográfica de Carla Cascales recupera la belleza a partir de la esencia

Tras desarrollar una exitosa carrera como diseñadora, trabajando para marcas como Nike, Facebook, Aristocrazy, Louis Vuitton o Lacoste, Carla Cascales, a sus 28 años, reencamina su vocación al mundo del arte con su primera exposición monográfica de escultura que comunica una búsqueda de la belleza en la esencia y origen de las cosas.


Étimo agrupa 30 piezas en las que se combina mármol, piedra y madera, materiales rescatados de deshechos industriales, precisamente con la intención de que presenten cierta irregularidad o imperfección. El objetivo de Cascales es recuperar la belleza negada de estos objetos y darles una nueva vida como obras de arte. Algunas de ellas son móviles concebidas por la artista durante su última beca en Varda Artist Residency de San Francisco el pasado verano.

Todas ellas siguen la misma línea en el discurso de la artista: descubrir lo bello de la esencia de las cosas. “Étimo significa ‘origen’ en griego. Para ellos, la búsqueda del origen de una palabra equivalía a la búsqueda de la esencia de la cosa designada. En nuestro mundo actual, donde no llegamos nunca a profundizar en nada y donde todo es consumo rápido e instantáneo, este camino cobra para mí mucho más sentido. Con esta exposición he querido hacer un pequeño homenaje a esta reflexión, llegar a la esencia sin perder poesía”, comenta Cascales.

Estilísticamente se aprecia un aire arquitectónico y minimalista, la huella de su formación como diseñadora. Las líneas geométricas son un patrón clave en su creatividad, muy acorde a la influencia del minimal. Cabe destacar que en su trabajo existe una importante alusión a la cultura japonesa a través de dos conceptos tradicionales: el Wabi-sabi, la valoración del paso del tiempo y la apreciación de la belleza imperfecta, irregular y mundana –“una visión de la belleza muy distinta a la que tenemos en Ocidente, donde tendemos a la búsqueda de la perfección y nos horroriza el paso del tiempo–; y el Kintsugi, una técnica de restauración de cerámica que propone reparar las fracturas con oro y mostrarlas en vez de esconderlas. El objeto reparado así es más bello y fuerte que antes de su rotura. “La belleza de estos conceptos son metáforas que se pueden aplicar a las personas: apreciar el paso del tiempo, encontrar la belleza en lo mundano o mostrar nuestras heridas”, comenta la artista.

Las creaciones de la catalana se han visto en exposiciones colectivas como Erotic Stories, Mirat & Co Gallery (Madrid, 2017); Galería Miquel Alzueta (Barcelona, 2017); White Wall, Espacio 88 (Barcelona, 2017); y MCAM Gallery (Barcelona, 2015).

La muestra se acoge en Espacio Castellana 22 del grupo Wecollect Club, se inauguró el pasado jueves y permanecerá abierta hasta el 2 de marzo de 2018.