LA HUMILDAD DEL OBJETO
B. Wurtz reúne en la Casa Encendida cerca de 60 pinturas, esculturas e instalaciones que muestran su producción de las últimas cuatro décadas, en las que recurre al ensamblaje de elementos de uso cotidiano.
Botones, calcetines, perchas, tapones de plástico… Los materiales que utiliza Wurtz son humildes y de primera necesidad, pero esconden un mensaje: todo puede ser convertido en materia prima para construir arte, solo hay que saber mirar. Tal vez por eso, el artista americano propone en una de las primeras salas de la Casa Encendida de la Fundación Montemadrid “Mirar en nuestro interior” [Look at yourself] para reflexionar sobre las posibilidades artísticas del objeto y los límites de la belleza, que puede encontrarse incluso en unos trapos reciclados o unas bandejas que en su día sirvieron para llevar comida precocinada.
B. Wurtz. Obras escogidas, 1970-2016 recala por segunda vez en Europa, tras su paso por el Baltic Centre for Contemporary Art de Gateshead. Recoge más de medio centenar de piezas creadas a lo largo de su carrera, iniciada en la década de los 70. Son trabajos que se mueven entre la bidimensionalidad y el medio escultórico, y que muestran la increíble capacidad del autor para concebir instalaciones a partir de los materiales más diversos; desde hilos, plumeros o bolsas de la compra, hasta vasos de plástico, esponjas y negativos fotográficos (elemento prácticamente desaparecido con la era digital).
Su obra revela el interés que tiene el autor californiano hacia lo más pequeño, al tiempo que fija la atención del espectador en todo aquello que le rodea y que normalmente le pasa inadvertido. Wurtz establece así un juego de miradas –hacia nuestro exterior y hacia nuestro interior–, cargado de guiños al espectador, como en la serie Can you read?, donde pinta de vivos colores las partes traseras de unas bandejas de aluminio, cuyos mensajes solo pueden leerse con la ayuda de un espejo. También parece buscar la interactuación con el público en Collection #6, un árbol con tronco de madera y ramas móviles de las que cuelgan negativos fotográficos.
Pero no todo son esculturas e instalaciones. Algunas veces recurre al dibujo sobre papel, como en Untitled (frames and drawings), o bien al lienzo, que a menudo pinta con acrílicos. Otras veces, en cambio, en vez de dejar su huella con el pincel, lo hace a través de cordones y lazos que se deslizan por la superficie de la tela.
B. Wurtz. Obras escogidas, 1970-2016 podrá visitarse hasta el 8 de enero de 2017, fecha en la que también se clausura otra exposición: El curso natural de las cosas, una colectiva formada por una docena de artistas y comisariada por Tania Pardo. Sol G. Moreno