La fotografía de Ribalta como un principio de realidad
El Museo Universidad de Navarra inaugura Todo es verdad. Ficciones y documentos (1987-2022), una propuesta que recorre de forma total la singular trayectoria de Jorge Ribalta. Más de 600 fotografías, una pieza formada por cuatro proyecciones y tres vitrinas con diverso material documental se exponen ahora en distintas salas del centro navarro.
“El espectador va a encontrar una gran variedad de registros fotográficos, desde imágenes construidas sobre tela emulsionada hasta algunas en color. Son trabajos de fotografía ficcionalizada o teatralizada hasta llegar a mi obra actual, con un discurso sobre el documento, para acabar con una parte en la que se mezcla lo documental con lo teatral”, explicó el artista durante su presentación a los medios. Un acto en el que estuvo acompañado por Valentín Roma, comisario de la exposición, y Valentín Vallhonrat, uno de los directores artísticos del museo.
La retrospectiva sigue un orden cronológico. Se inicia en 1987, abarca hasta 2005, año que supuso un punto de inflexión en la obra del autor, que pasó de una fotografía ilusionista donde exploraba poéticamente el naturalismo a una fotografía más documental, y culmina en los trabajos más actuales.
De este modo, la muestra pone de manifiesto incógnitas que, en palabras de Roma, tienen que ver “por un lado, con cómo enunciar la multiplicidad de roles de Ribalta y, por otro, con cuáles son las maneras de presentar una trayectoria que posee dos periodos en cierto modo antagónicos”.
Entre las obras más tempranas, se encuentran escenificaciones con miniaturas en el estudio que Ribalta realizó en 1987, método que aplicaría durante los 15 años siguientes. El trabajo de esta etapa está marcado por sus estancias en Estados Unidos y está influida por el auge de la ‘fotografía construida’ de los años 80.
Estas primeras instantáneas estaban determinadas por el hecho de que la imagen no es algo dado de antemano, sino el resultado de un proceso que se produce. “Su obra puede entenderse como un ensayo sobre la fabricación misma del efecto fotográfico”, explica el comisario, quien también se refiere a esos primeros pasos del artista como “una combinación inusual de anti naturalismo crítico y de un lirismo extremo”. Según él, no hay ningún programa definido en Ribalta, sino más un impulso que es poético.
En el recorrido también encontramos imágenes que supusieron un cambio en su trabajo, cuando pasó a ser más documental y el autor empezó a capturar informalmente lugares de Barcelona en proceso de transformación. Espacios como la zona del Fórun 2004, el barrio del Poblenou o la plaza de la Gardunya que se suceden en las salas como testimonios de la historia urbana de la ciudad catalana. El montaje ha querido presentar estas obras junto a las del otro periodo a modo de “reconciliación”.
Todo es verdad. Ficciones y documentos incluye, asimismo, la serie titulada Scrambling realizada durante su residencia en el proyecto Tender Puentes organizado por la propia institución. En aquella ocasión, Ribalta se inspiró en una obra de Charles Clifford perteneciente a la Colección del Museo Universidad de Navarra escogida por Roland Barthes para su célebre libro La cámara lúcida.
Dicho conjunto, desarrollado en la Alhambra de Granada, pretendía representar los mecanismos de producción del monumento entendido como fábrica, reflejando los procesos de seguridad, restauración y mantenimiento, así como de jardinería, marketing y explotación comercial.
En suma, la exposición revisa una trayectoria de más de 30 años del creador catalán que pone de manifiesto no solo la totalidad de su obra, sino también la época en que esta se inscribe. El título, inspirado en un conocido e inacabado documental de Orson Welles –It’s All True (1941-1943)–, sintetiza a la perfección uno de los últimos comentarios de Ribalta. “En una época en la que se habla de que la fotografía ha muerto, de la posverdad y la posfotografía, se trata de defender que su gran aportación en la modernidad es el principio de realidad. Y hoy más que nunca, en el actual contexto que lo pone en cuestión, precisamente la tarea es preservarlo”. Alfonso Echevarne