La fotografía como testigo de la historia
El Banco de España desempolva la colección fotográfica que conserva en su archivo y presenta la exposición De la albúmina al píxel, que refleja la intrahistoria de la institución desde el último cuarto del siglo XIX hasta la actualidad.
El fotógrafo portugués Daniel Blaufuks expresó con acierto: «Una fotografía es un espejo con memoria». Precisamente esa cualidad testimonial es la que convierte la imagen en una forma de reflexionar sobre el pasado, la experiencia y la interpretación de la realidad. Bajo esta premisa se ha organizado la nueva exposición que presenta el Banco de España, hasta el 20 de julio.
De la albúmina al píxel sigue un recorrido cronológico que comienza en el siglo XIX –más concretamente en 1869– y termina en el siglo XXI, vinculado con la Inteligencia Artificial (IA). Hay que destacar, además, que el cuidado diseño museográfico ha corrido a cargo de Francisco Bocanegra.
Patricia Alonso, comisaria junto a Juan Manuel Sánchez Vigil y Elena Serrano, explica que se ha hecho un trabajo de identificación de un conjunto de 25.000 fotografías procedentes de expedientes y actos institucionales. De entre todas ellas se ha hecho una selección de 300 imágenes para la exposición, que muestran el trabajo de un centenar de fotógrafos.
El recorrido se divide en cinco secciones. La primera es El tiempo amarillo (siglo XIX), título inspirado en unos versos de El rayo que no cesa de Miguel Hernández: «Algún día se pondrá el tiempo amarillo sobre mi fotografía». Entre las viejas imágenes en tono sepia (albúminas) se encuentran el reportaje de la inauguración del palacio del Banco de España (1891) procedente del taller de Juana Roig, sucesora del francés Jean Laurent. En este mismo apartado se exhibe también la Galería de los representantes de la nación (1869) de Leopoldo Revira; los retratos de empleados con los uniformes oficiales que realizó Eusebio Juliá (hacia 1874); y las visitas urbanas de Alicante, Barcelona, León, Linares o Málaga
La mayoría de las imágenes fueron tomadas con el fin de dejar constancia de lo ocurrido, de ahí que la segunda sala tenga por nombre La fotografía como documento (1900-1925). A partir de finales del siglo XIX comenzaron a inmortalizarse las distintas sedes del Banco de España; por ejemplo, en Oviedo, Valencia, Badajoz, Bilbao y Vitoria. Sin embargo, la sede de Madrid, en la plaza de Cibeles se convirtió en el emblema, apareciendo incluso en la prensa y en las millones de tarjetas postales que se editaron en la primera década del siglo XX.
En ese mismo periodo aparecieron los primeros retratos de empleados del banco para expedientes personales, como los denominados Bertillon (de frente y perfil). También se recogen dos retratos sacados entre 1905 y 1906 de las dos primeras mujeres que entraron a trabajar en el servicio de limpieza: Carmen Esteban y Engracia Herranz. Asimismo, la muestra cuenta con imágenes tomadas por el fotógrafo oficial de la entidad, José Irigoyen, hacia 1906.
De la edad de plata a la transición (1925-1975) es el tercer espacio y constituye la sala central. En ella se encuentran fotografías inéditas de la construcción de la cámara acorazada –también conocida como la cámara del oro–, quizá la estancia más emblemática y desconocida del Banco. En la sala se puede ver, además, una imagen del laboratorio fotográfico del edificio, donde se revelaron y positivaron los negativos y copias sobre las actividades de la institución.
El espacio alberga una sección dedicada al cambio que experimentó España desde el fin de la etapa autárquica hasta el tímido aperturismo de mediados de los años sesenta. El tono gris de la vida cotidiana fue cambiando lentamente hacia el color, igual que ocurrió en las fotografías. Aquí se presenta, por ejemplo, la XIII Conferencia Monetaria Internacional de la American Bankers Association celebrada en mayo de 1966.
De este modo, se da paso a Spain is different (1975-2023), una sala que incluye las imágenes a color con el antes y el después de la ampliación realizada por Rafael Moneo en 2006. En esta época, además del paso del blanco y negro al color, se democratizó la producción de cámaras de fácil manejo.
El recorrido culmina con Hacia la Inteligencia Artificial (Siglo XXI), donde se vincula la fotografía con el desarrollo tecnológico y digital. Aquí se exponen los viejos archivos de distintas sedes, con un guiño al papel de la mujer en la España del siglo XXI, así como dos fotografías digitales realizadas ex profeso en el Archivo Histórico para conmemorar la muestra: el depósito y la sala de investigadores.