La Colección Steinbruch llega al Museo Reina Sofía
La exposición Un acto de ver que se despliega se compone de más de 100 obras pertenecientes al matrimonio brasileño, que se muestran al público por primera vez. Entre ellas predomina el arte latinoamericano contemporáneo, así como el de Europa del este del siglo pasado.
Una de las principales diferencias que existen entre una colección privada y la de un museo es que la segunda tiende a contar un relato unitario, mientras que en el primer caso no tiene por qué ocurrir esto. Según explica Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía, esto último permite acceder a una dimensión del arte más íntima, más personal, que a menudo se pierde entre las grandes salas de las pinacotecas.
Ese es, por tanto, uno de los focos de interés de Un acto de ver que se despliega, que se compone de más de un centenar de obras pertenecientes a Ricardo y Susana Steinbruch. Todas ellas se muestran al público por primera vez y, en muchos de los casos, están firmadas por artistas poco conocidos en nuestro país.
Tal y como ha explicado la propia Susana Steinbruch durante la presentación de la muestra, su colección comenzó sin voluntad de ser tal. Tanto ella como su marido comenzaron a adquirir piezas cuando se casaron, porque ella consideraba que no podía vivir en una casa de paredes vacías y «porque llevo el arte en la sangre».
Según relata, llegó un punto en el que se dio cuenta de que tenían una enorme responsabilidad sobre las obras que habían ido comprando, así como con los artistas a los que habían producido. Ahora empiezan a plantearse qué ocurrirá con este conjunto en un futuro, cuando ellos ya no estén. Por el momento, se alegran de que parte de sus tesoros puedan contemplarse en el museo madrileño.
La relación entre la institución y los coleccionistas no es nueva, pues la pinacoteca ya contaba con 55 obras de la Colección Steinbruch: 36 en depósito y 19 en préstamo. Además, el matrimonio ha donado siete piezas al museo (algunas de las cuales se produjeron durante el montaje de la presente exposición).
El recorrido de la muestra transita por distintas geografías y movimientos artísticos, mostrando los hilos que unen obras tan aparentemente dispares. Además, se combinan salas que funcionan como monográficos de algunos autores con otras que exploran temas concretos tratados desde diferentes puntos de vista.
La primera de las salas, llamada Cartografía íntima de vivir, está protagonizada por Fernanda Gomes. Su obra versa sobre el paso del tiempo y la cotidianidad brasileña, país del que es originaria, y por tanto es un perfecto ejemplo de lo que esta muestra representa: la intimidad ya mencionada por el director del museo y la importancia de la presencia latinoamericana –especialmente del Brasil contemporáneo– en la colección del matrimonio.
El otro eje lo integran los artistas de Europa central y especialmente del Este, representado por autores como por ejemplo el polaco Krasinski, que siempre rechazó la etiqueta de neoconstructivista, además de coquetear con el surrealismo o el dadaismo. Tomislav Gotovac también está presente gracias a sus performances, en las que explora el paisaje urbano. Esta muestra podrá visitarse hasta el 13 de marzo del año que viene. Sofía Guardiola