La colección personal de la reina del punk, a subasta
La casa británica Christie’s ofrece la primera parte de los enseres que pertenecieron a la diseñadora de moda Vivienne Westwood, prendas de su marca que ella misma usaba y muchas de las cuales marcaron el rumbo de su carrera.
El icónico logo de la marca Vivienne Westwood define a la perfección su aportación al mundo de la moda: se trata de un orbe, coronado por una cruz, al que rodean unos anillos similares a los de Saturno. La unión de lo tradicional, representado por el elemento cristiano, y lo moderno, sugerido con los anillos de Saturno que encarnan lo espacial, epítome de la ciencia ficción y las ideas sobre el futuro durante el siglo XX.
La empresa se ha caracterizado siempre por mostrar la fuerte personalidad de quien la creó y lideró, con un permanente aire irreverente. Es una de las firmas que, sin dejar de innovar nunca, ha mantenido su esencia; quizá porque Westwood estuvo a la cabeza hasta su muerte en 2022 (aunque las colecciones estrenadas tras su fallecimiento parecen augurar la fidelidad de la entidad al estilo de su creadora).
La selección que ahora sale a la venta en Christie’s Londres permite hacer un repaso por toda su historia, entre joyas con el característico signo de la marca jalonadas de piedras y brillantes, vestidos de crinolina, trajes inspirados en la historia de la moda inglesa y los característicos tacones de la marca (que cobraron fama mundial cuando Naomi Campbell se cayó calzando un par de ellos, de color morado, en una pasarela).
Rastreamos sus inicios hasta los 70, la época del punk, cuando Westwood diseñaba camisetas con mensajes incendiarios que invitaban a romper con el stablishment. Fue así como comenzó su andadura en la moda junto a Malcolm Mclaren, con el que además gestionaba la carrera musical de los Sex Pistols.
Aunque en la licitación no hay camisetas originales de sus inicios, sí destacan varias prendas de los 2000 inspiradas en aquellas primeras –en los lotes del 48 al 52–, pertenecientes a su colección Propaganda.
Posteriormente, comenzó a buscar la inspiración en la historia de la moda, con especial incidencia en la británica. Recuperó tejidos y formas clásicas, a menudo recargadas y de apariencia barroca, para reconvertirlas. A los corsés, por ejemplo, les incluyó tiras elásticas en el armazón, así como cremalleras en lugar de los tradicionales cordones, convirtiéndolos de repente en una prenda no solo moderna, sino también mucho más fácil de llevar. Además fue una de las primeras que los concibió para llevar encima de las camisas y no como ropa interior.
Con respecto al tartán, otro elemento clásico que recuperó, pasó a ser asiduo en sus creaciones cuando presentó la colección Anglomanía en 1993. Westwood creó su propio diseño en lugar de utilizar los patrones que ya existían. También inventó un grupo al que asociarlo, pues todos los tipos tradicionales de tartáns se adscriben a uno de los antiguos clanes escoceses.
Lo llamó McAndreas en honor de su colaborador y marido Andreas Kronthaler, y ese mismo año fue incluido en el Registro Escocés de Tartanes.
En la subasta que tendrá lugar el próximo 25 de junio se ofrecen ejemplos de algunas de estas prendas emblemáticas pertenecientes al armario de Westwood, que solía vestir sus propios diseños y aparecer con ellos en las pasarelas. Uno de ellos es el corsé de terciopelo rosa de la colección Voyage to Chythera –lote 6– valorado entre 1.500 y 2.500 libras esterlinas, o el traje de lana con falda larga de la colección Anglomanía, estimado entre 2.000 y 3.000 libras.
Con un total de 95 lotes, la selección abarca desde prendas de los 80 hasta la última década, cuando la diseñadora ideó sus últimas piezas, trabajando hasta su fallecimiento. Uno de los vestidos más recientes es el conjunto de la colección Gaia the Only One –lote 68–, la familia asegura que es uno de los que más que puso su creadora y por tanto el más gastado.
En otras prendas diseñadas por su marido para la marca, se pueden ver incluso arreglos y remiendos hechos por la propia Westwood, que creía en un modelo de moda alejado del fast fashion y del consumo rápido.
Precisamente las ideas, creencias y convicciones de Vivienne Westwood eran otro de los pilares fundamentales de la empresa, presentes no solo en los eslóganes de sus camisetas sacadas del punk setentero, sino también en otros proyectos realizados por la diseñadora.
Un ejemplo es la baraja de cartas –lote 1– que hizo para Greenpeace, o el vestido de lentejuelas doradas de la colección World Wide Woman, en la que colaboró para los accesorios con artesanos de Kenia (lote 71). Esta colección fue presentada en pasarela por la propia autora, que lució esta prenda valorada ahora entre 7.000 y 10.000 libras junto a la modelo keniata Elsie Njeri.
Siguiendo el ejemplo de Westwood, los beneficios obtenidos de esta subasta londinense irán a parar a la Fundación Vivienne, a Médicos sin Fronteras, Amnistía Internacional y Greenpeace (en el caso de las cartas). Esperemos que los resultados sirvan para comprobar que, como a ella le hubiera gustado, su colección personal sigue contribuyendo a hacer del mundo un lugar un poco más amable. Sofía Guardiola