Jorge Pineda: violencia, racismo, odio, ¿y aun así feliz?

Jorge Pineda: violencia, racismo, odio, ¿y aun así feliz?

El Centro de Arte Complutense acoge una retrospectiva sobre el artista dominicano, fallecido el año pasado. HAPPY es una muestra que plantea un recorrido semi-cronológico por 69 piezas en las que Pineda reflexiona sobre cuestiones como el racismo, el miedo o la violencia de género sin moralismos. Lo que pretende es poner la realidad frente a nuestros ojos, desenmascararla para obligarnos a mirar de manera consciente.
Jorge Pineda. Figura de su serie "Niñas locas".

“Mis imágenes son metáforas de una sociedad que se niega a crecer y no asume sus responsabilidades. El espectador decide de acuerdo con sus referentes. Mi responsabilidad como artista es hacer que el espectador que ve la obra vuelva a mirar; que vea de nuevo esa cotidianidad que, de tanto tenerla enfrente, se ha hecho invisible”.

Basten estas palabras para presentar a Jorge Pineda (1961-2023), uno de los referentes contemporáneos del arte dominicano que puso sobre la mesa muchos temas candentes sin hacer proselitismo. Quizá porque le bastaba con plantar el tema frente al espectador, al que interpelaba para que se hiciese preguntas.

¿Será verdad que nos negamos a crecer? ¿Qué vivimos en una sociedad con alergia al compromiso? ¿Qué pasamos por los temas importantes de puntillas? Estos son solo algunos de los interrogantes que nos asaltan cuando paseamos por la muestra HAPPY: Ensayos sobre la obra de Jorge Pineda del Centro de Arte Complutense de Madrid, plagada de pinturas, dibujos e instalaciones que van a removernos por dentro.

Una niña vestida de colegio embarazada, otra escondiéndose tras la pared, una muñeca expuesta en una tarima como una modelo tatuada con piropos soeces, decenas de fotos del autor acompañadas de escritos que aluden a distintas razas, esqueletos con huesos frágiles y dorados… Así son las obras a las que el espectador va a tener que enfrentarse, y digo esto porque en las piezas de Pineda no cabe la contemplación pasiva. Van directas al corazón, o a la yugular, según se mire.

SOY UNA PERSONA FELIZ. QUIZÁ ESTO ME PERMITE VER EL HUMOR EN LAS COSAS, AUN EN EL DOLOR. CREO QUE LA FELICIDAD NO ESTÁ DEFINIDA POR LO EXTERNO»

El trabajo de este artista comprometido siempre ha buscado despertar conciencias y desenmascarar realidades mediante sus historias; pueden resultar impactantes o molestas, pero rara vez pasan inadvertidas. Como ese Bosque que camina que nos da la bienvenida en la muestra de la Complutense, son unos recortes de papel que recrean un vergel amable hasta que descubrimos unas piernas de un cuerpo infantil que nos genera desasosiego.

“El artista se inspiró en el bosque de Macbeth, donde Shakespeare escribe que el protagonista será invencible hasta que la arboleda de Birnam no se mueva”.  O ese enorme esqueleto tumbado que invita a coger alguno de sus huesos para escribir en la pared sobre el significado de la palabra muerte.

Ambas piezas forman parte de la retrospectiva de Jorge Pineda que recala en el Centro de Arte Complutense de la universidad madrileña, tras su paso por República Dominicana. Es curioso porque cuando empezaron a organizar la muestra en Santo Domingo con el autor aún vivo, el equipo curatorial pensó en un título más acorde con la carga social de las piezas expuestas, hasta que el propio autor dijo que quería titularla HAPPY. 

Era algo contrario a lo que tenían en mente los organizadores –Sara Hermann Morera, Laura Bisonó Smith, Víctor Martínez Álvarez– y hubo que hacer un ejercicio para adaptar el discurso, pero lo consiguieron.

Instalación de "El bosque que camina" de Jorge Pineda. Fotografía: Eduardo Cabrera.
Vista de sala de la muestra "HAPPY: ensayos sobre la obra de Jorge Pineda". Fotografía: Eduardo Cabrera.

HAPPY no es cualquier construcción semántica de la felicidad. Es un ensayo de magnanimidad. Es felicidad concebida como posibilidad del arte de transformar la violencia en belleza y prender el fuego que supure el odio, desde la inteligencia estética”, explica María Amalia León, presidenta del Centro León (primera sede de la muestra).

Ahora esta monográfica se puede ver en Madrid a modo de legado póstumo del artista, en un recorrido por 69 obras que sigue un orden cronológico inverso: empieza por el final y acaba con las creaciones más antiguas. Sin embargo, esa evolución lógica va más allá, porque «busca que el espectador se involucre y experimente sus propias sensaciones», mantiene Javier Martín-Jiménez, último comisario en sumarse al proyecto. De modo que cada uno se adentra en el universo de Pineda a su modo, a su propio ritmo.

Decía el artista que “la violencia es una cantidad de energía mal usada; si logramos dirigirla mejor, se podría convertir en una energía muy positiva”. Esa fue su apuesta para encontrar la felicidad, que empieza por romper el cerco del miedo y provocar un cambio en nuestras miradas. Ese al que podremos asomarnos hasta el 7 de abril gracias a HAPPY: ensayos sobre la obra de Jorge Pineda. Sol G. Moreno