Joan Miró en la Fundación Maeght
La Fundación Maeght celebra una exposición de Joan Miró que brinda la posibilidad de descubrir su obra gráfica. Comisariada por Rosa María Malet, Joan Miró. Beyond painting presenta una gran cantidad de gouaches, además de pruebas de artistas, carteles, grabados, litografías y libros nunca antes vistos.
El artista estuvo vinculado al apellido Maeght desde su origen. De hecho, jugó un papel importante en la creación de la Fundación que lleva ese nombre junto a Marguerite, Aimé Maeght y su amigo el arquitecto Josep Lluís Sert. El autor catalán produjo la mayor parte de su trabajo gráfico en el estudio de impresión ARTE, precisamente fundado por Adrien Maeght en 1964.
Uno de los elementos más destacados de la exposición es la primera selección de placas raras de cobre y pruebas de artistas, facilitando así la comprensión de la obra impresa, su evolución y su riqueza. El entusiasmo de Miró por la obra gráfica fue tal, que llegó a crear más de 3.000 impresiones originales.
En palabras del propio autor, “el grabado es un buen medio de expresión. Ha sido un medio de liberación, expansión y de descubrimiento. Sin embargo, al principio fui prisionero de sus limitaciones, de su ‘cocción’, sus herramientas y las recetas que eran demasiado dependientes de la tradición (…) Luego se abrió un amplio abanico de posibilidades, tanto a la mirada como a la mano. (…) El despotismo de la herramienta fue gradualmente derrotado. Puedo usar una herramienta puntiaguda o un buril, y también mis dedos, mis manos, un clavo o un destornillador viejo. Incluso he podido liberarme del papel que se usa normalmente y se han realizado pruebas en los tipos de papel más insólitos”.
Esas diversidad de técnicas a la que se refiere está presente en la muestra, estructurada en cuatro ideas principales: Miró y los poetas; el concepto de collage; posibilidades combinatorias ; y técnicas de superación. La primera parte alude a su relación y amistad con los poetas, así como el resultado de estas con la creación de la empresa de trabajo gráfico en 1927. El enfoque de Miró en ese momento fue dar su versión de lo que los textos le habían parecido, no traducir lo que había leído en imágenes. Siguió ese mismo procedimiento cuando elaboró su extensa colección de libros raros, que le aportaron riqueza y diversidad.
En el segundo apartado, la comisaria reflexiona sobre lo arraigado que estaba la técnica del collage en la pintura y su importancia para el siglo XX. Miró se dio cuenta de ello y lo aplicó en 1927 a La Publicitat, en la que había pegado el encabezado del periódico del mismo nombre.
El recorrido continúa en la idea de Posibilidades Combinatorias, donde utilizó la orientación técnica de Louis Marcoussis y realizó grabados en punta seca en 1938. El resultado de esa experiencia fue muy importante, ya que la calidad de esas obras era notable. Aquí merecen especial mención dos grabados por sus particulares características: el Retrato de Miró y la Serie Negra y Roja, con los que pudo lograr variedad a partir de una sola imagen. Jugaba combinándola con palabras e ideas.
Gracias a la compra de Adrien Maeght de un escáner para la imprenta ARTE, Miró pudo experimentar con las nuevas técnicas que tenía en mente. Ahí dio origen a Défilé de mannequins (Mannequin Parade) y Déliredu couturier (Fashion Frenzy). Jugó con los colores y las formas, como por ejemplo el grabado que toma el título de Polyphème o Emèhpulop, dependiendo de el lado que se mire.
Por último, en el cuarto apartado de Técnicas de Superación se produjo la gran renovación del artista con este ámbito, al utilizar la técnica del grabado carborundum de Henri Goetz. Se trata de un revestimiento sintético aplicado a la placa, que crea una textura particular cuando se imprime en papel. Para Miró la posibilidad de obtener esa calidad táctil equivalía a dar un nuevo paso en la investigación que había realizado a lo largo de su carrera.