JAVIER VIVER: “ESTAS FOTOGRAFÍAS MUESTRAN EL VALOR DE LA DESCRIPCIÓN DEL ALMA HUMANA EN ESTADO DE CRISIS”

JAVIER VIVER: “ESTAS FOTOGRAFÍAS MUESTRAN EL VALOR DE LA DESCRIPCIÓN DEL ALMA HUMANA EN ESTADO DE CRISIS”

JAVIER VIVER: “ESTAS FOTOGRAFÍAS MUESTRAN EL VALOR DE LA DESCRIPCIÓN DEL ALMA HUMANA EN ESTADO DE CRISIS”

Entrevista al artista madrileño que, en su último trabajo, toma como punto de partida la Iconografía de La Salpêtrière, uno de los primeros archivos fotográficos en el campo de la psiquiatría clínica. 

Basado en unos análisis clínicos sobre enfermedades psicológicas en un hospital de París, dirigido por Jean-Martin Charcot, supuso un esfuerzo de catalogación de lo inclasificable mediante las nuevas técnicas fotográfico-documentales. Lo marginal, aquello que no entraba en la lógica racional del proyecto moderno, se sometió a investigación en La Salpêtrière. Se midió, se documentó y clasificó de forma sistemática.

Pero en esta operación, el uso de la fotografía propició la incorporación del espectáculo y con él toda una trama de complicidades entre los pacientes y sus fotógrafos. El espectáculo de La Salpêtrière se hizo teatro de variedades en las sesiones de los martes, ante una concurrida representación de las elites culturales y científicas, mediante la persuasión por hipnosis de contorsiones, crisis epilépticas y ataques de histeria, el registro y exposición de gabinetes de curiosidades y rarezas biológicas, fenómenos y monstruos.

El resultado fue un archivo fotográfico sin precedentes, testigo de la época colonial, realizado con la intención “panóptica” del régimen disciplinario y documento sistematizado de los límites del alma humana.

A partir de un trabajo de campo con más de 4.000 fotografías y 32 volúmenes publicados entre 1875 y 1918, Javier Viver realiza una nueva compilación y edición de la iconografía del famoso hospital parisino. Así, más allá de su original interpretación clínica, el archivo es mostrado en un contexto crítico contemporáneo, abierto a nuevas lecturas, asociaciones y planos de interpretación. Este proyecto ha sido posible gracias a la colaboración de la Fundación Botín dentro de su programa de ayudas a la creación para antiguos becarios. Charlamos con el artista sobre este y otros de sus trabajos.
¿Cuál es la historia de estas fotos?
El archivo corresponde a unos documentos clínicos procedentes de un hospital de París entre 1875 y 1918. Este tipo de fotografías se tomaron durante 32 años para hacer análisis clínicos de casos de enfermedades psicológicas. Sometían a los pacientes a un estado de hipnosis que les provocaba distintas reacciones, como ataques de histeria o epilépticos, para el estudio de estas enfermedades. Existen 32 volúmenes, uno por cada año, que contienen más de 4.000 fotografías. Cada una de ellas cuenta una historia.

¿Cuál es su valor artístico?
La fotografía es considerada un arte. Más allá del archivo clínico, hay un archivo de calidad artística increíble. Entra en juego la mirada del fotógrafo, el archivo cuenta una historia muy abierta. Debemos ver en estas imágenes la historia que existe detrás de cada persona fotografiada, ver el valor de la descripción del alma humana en estado de crisis.

¿Qué tienen que ver con el arte español?
Tienen que ver con la historia de la pintura de occidente, una pintura muy ligada a la religión. Esta fotografía presenta paralelos con el arte barroco español, lo podemos advertir en los gestos de las manos, los signos, las poses, el realismo etc. Además, se retoman las poses clásicas de la pintura española, tales como dormiciones, asunciones y crucifixiones.

¿Qué sentido tiene publicarlas?
Además de realizar una revisión de todo lo que supone La Salpêtrière como experimento científico, también se trata de una revisión de nuestra historia, de las raíces de nuestra cultura y de nuestro pasado. Presenta al ser humano como objeto de experimentación científica, intenta que entendamos la última historia de las instantáneas y, una vez entendidas, vemos la expresión de una reclamación de justicia. Además de esta idea de fondo, también se valora la recuperación de un archivo con una calidad fotográfica impresionante, que a la vez se pueda leer con un planteamiento místico, porque como decía María Zambrano: ¨Después de la tragedia, solo queda la mística”. Ana Robledano Soldevilla

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