Una acción de combate en la Guerra de la Independencia norteamericana. Brandon Cross
IBERDROLA RECUERDA LA APORTACIÓN VASCA A LA HISTORIA DE EEUU CON SU NUEVA EXPOSICIÓN EN BILBAO
La planta 25 de la Torre Iberdrola de Bilbao acoge la exposición La memoria recobrada. Huellas en la historia de Estados Unidos.Comisariada por José Manuel Guerrero Acosta, presenta más de 200 piezas entre pinturas, cartografías, trajes, artes decorativas, miniaturas y escenificaciones que aproximan al espectador a conocer el papel de la monarquía hispánica en la configuración de la que después fue primera potencia mundial.
“Es una exposición para todos los públicos, mayores, pequeños, gente interesada en el arte, en la historia…” comentaba el comisario. “Además habrá alguna sorpresa en el recorrido”, insinuó durante el montaje. Y efectivamente, la muestra sorprende por su carácter escenográfico y teatral que permite al visitante ambientarse en cada época gracias a las recreaciones e instalaciones interactivas. El recorrido se divide en cinco secciones acotadas de forma capicúa con el tema de la luz; arranca con el Siglo de las Luces y culmina con la Luz de un Siglo(refiriéndose a la era de la electricidad, con una especial atención a la historia de Iberdrola). Dentro del objetivo de mostrar la huella española en este país, se enfoca especialmente en la contribución vasca, de la mano de grandes figuras regionales, muchas procedentes de Bilbao.
La primera sección, contextualizada en la Ilustración, se dedica a Carlos III y a sus reformas culturales, educativas y sociales. Desde puertos como Bilbao o Cádiz salieron dinero, armas, paños, mantas, medicinas y miles de soldados para América.
Entre retratos y escritos diplomáticos destacan algunas piezas de la vajilla de la Real Sociedad Bascongada procedente del Museo Vasco de Bilbao que acompañan un singular documento: las calificaciones de Miguel Ricardo de Álava (Vitoria, 1772-Barèges, Francia, 1843), militar, político y diplomático español. Entre 1781 y 1790 cursó los estudios primarios en el seminario de Vergara, regentado por la Real Bascongada.
La siguiente sala se dedica a la mujer y a la vida aristocrática. Ambientada musicalmente como si de un salón de baile se tratara, presenta recreaciones de trajes regionales de la mujer noble vasca. También capta la atención el retrato de la marquesa de San Andrés, de Agustín Esteve, procedente del Museo Lázaro Galdiano. A continuación sigue la exhibición de vestidos originales de Carlos III. Asimismo, se aprecian unos interesantes espejos del XVIII que se comercializaban frecuentemente en Bilbao. En el cuarto apartado se ahonda en esas raíces hispanas en el mundo americano. Se habla de los exploradores, del mestizaje y del curioso origen español del símbolo del dólar, entre otras cosas.
En general en casi todas las estancias el mar es un tema constante, ya que ha sido uno de los escenarios principales de la historia. En Paz y guerra en el mar las piezas cuentan las navegaciones comerciales y bélicas del XVIII. Caben mencionar la Vista de Bermeo, elaborada con la técnica de piedras semipreciosas sobre tapiz, procedente del Museo Nacional del Prado, y el paisaje de La costa de Beverly, de John Frederick Kensett, procedente del Wadsworth Atheneum Museum, habla de la llegada a la otra orilla del Atlántico de navegantes y comerciantes, así como de los suministros para la revolución norteamericana.
En el apartado cuarto se profundiza en la representación vasca en América especialmente en lo que se refiere a la inmigración. Ellos se especializaron en la caza de ballenas. La sala nos ofrece piezas de museos vascos que introducen al espectador en el oficio. No faltan referencias a las regatas de traineras y su antecedente en las txalupas balleneras, y al marmitako o su origen como almuerzo básico de los arrantzales. Completa este espacio un excepcional documento, el testamento del ballenero Echaniz, fallecido en la península del Labrador en diciembre de 1584, conservado en el Archivo Histórico de Protocolos de Gipuzkoa. Es probablemente el documento más antiguo escrito en lo que hoy es Canadá.
La última sección resume el desarrollo de la empresa Iberdrola, desde sus orígenes en sucesivas fusiones, originadas en Hidroeléctrica Ibérica y Saltos del Duero en las primeras décadas del siglo XX. Gráficas sobre dicha evolución acompañan los retratos de dos de los promotores, socios y directores de las dos grandes ramas empresariales citadas, Juan de Urrutia y Zulueta y José Orbegozo y Gorostegui, óleos procedentes de la colección Iberdrola. Este espacio incluye tres obras contemporáneas de dos notables artistas norteamericanos, que están relacionadas con la luz —dos hologramas de James Turrell y una alegoría lumínica de Dan Flavin— cierran la exposición, trasladándonos a la actualidad.
Abierta al público desde el 10 de abril hasta el 2 de junio. Ana Robledano Soldevilla.