Ferdinand Hodler: «La mujer valiente»
HODLER, MONET Y MUNCH, LOS ARTISTAS QUE PINTARON LO IMPOSIBLE
La exposición Hodler, Monet, Munch. Pintar lo imposible, que se presenta en París en el Museo Marmottan Monet, reúne, por primera vez, a estos tres artistas cuyas obras, afirman los organizadores, no estuvieron asociadas a las mismas corrientes artísticas ni se conocieron jamás. Aunque la historia del arte los clasifica en categorías diferentes: impresionismo, postimpresionismo o simbolismo, existen lazos, más de los que se cree, que los unen. Sus trabajos tienen mucho que decirse entre sí.
Existen muchos factores que los relacionan, pese a ser tan diferentes. Hodler era francés, nacido en 1840; Monet, suizo, nacido en 1853 y Munch un noruego que llegó al mundo en 1863. Son pues, contemporáneos aunque pertenecieran a generaciones diferentes. Vivieron en un mundo en mutación, en una Europa de antes y de después de la guerra. Asistieron a los cambios técnicos, políticos y sociales que afectaron a su modo de vida y a sus prácticas. Los tres fueron grandes viajeros que descubrieron lugares y motivos a los que no hubieran podido acceder medio siglo antes. Monet estuvo en Noruega, Hodler se acercó a los glaciares alpinos y Munch fue y volvió del norte al sur de Europa. También se enfrentaron al reto de representar motivos que, por sus particularidades, se convirtieron en una obsesión. Aunque es Monet quien dice que está queriendo volver a hacer cosas imposibles, como es “pintar la hierba ondulante bajo el agua”, esta afirmación podría haber sido hecha por cualquiera de ellos. Ocurre lo mismo con las obras de Munch: “¿Cómo pintar, sobre un lienzo, el resplandor deslumbrante del sol con unos simples colores? ¿Cómo pintar la nieve cuyo resplandor y blancura no cesan de variar al menor cambio de la luz?
Las varias decenas de obras que se ofrecen a la contemplación del visitante se han dividido en seis secciones: Retratos, Realismos, Montañas, Soles y Lunas, Nieves y Aguas. En todas ellas se entremezclan las obras de los tres artistas que pintaron los mismos motivos: la alta montaña, el sol, la nieve o el agua viva. Los préstamos han llegado de instituciones, museos y colecciones privadas. Mención especial merecen los del Munchmuseet de Oslo, “auténticas joyas y auténticas obras maestras”, como las han definido los especialistas. No es fácil, pues, destacar alguna: están los autorretratos de Hodler y Munch; los paisajes de Monet o Hodler y, por supuesto, el celebérrimo Impresión, al amanecer de Monet, sin olvidar su Puesta del sol en Etretat, 1883. Siguen otros muchos más como La Lluvia o Nieve recién caída en la Avenida, de Munch; El paseante al borde del bosque o El lago Léman y el Monte Blanco por la tarde, ambas de Hodler.
Abierta hasta el 22 de enero de 2017. MPR