Goya y la corte en Caixaforum Zaragoza
La sede aragonesa de la Fundación la Caixa acoge la exposición Goya y la corte ilustrada, una muestra organizada también por el Museo Nacional del Prado y el Museo de Bellas Artes de Bilbao, lugar al que viajará el proyecto una vez concluido en Zaragoza.
Comisariada por Manuela Mena, la exhibición inédita cuenta con 84 piezas entre pintura, estampa, miniaturas y artes decorativas que giran en torno a la figura del pintor aragonés durante los años de su consolidación como pintor de corte. El punto de partida es la relación que mantuvo con su amigo Martín Zapater cuando viajó de Zaragoza a Madrid. A partir de ahí, se organiza esta muestra que repasa su figura y obra durante los años en los que se coronó como brillante pintor de corte para los reyes Carlos III y Carlos IV. Se exponen algunas de sus obras más reconocidas, la mayoría procedentes del Museo del Prado.
Goya se instaló en la corte de Madrid en 1775, después de formarse en Zaragoza e Italia. Era a lo que siempre había aspirado desde su juventud. Carlos III fue quien le encargó el primer trabajo: los cartones para tapices de motivos de caza para El Escorial. Pero su reconocimiento en la corte no llegaría hasta once años después, cuando fue nombrado pintor del rey en 1786, y luego con su nombramiento como primer pintor de cámara en 1799.
El trabajo en la corte marcó un antes y un después en su obra. En Madrid todo fueron éxitos, tanto con los reyes como con la alta aristocracia. No obstante esto no le supuso romper con sus relaciones de Zaragoza.
La correspondencia con Martín Zapater, su amigo de la infancia, ilustra en gran medida su vida familiar y sus amistades, además de aportar información fundamental sobre su arte y sus encargos. Este matiz personal fue esencial en el desarrollo posterior de su obra.
En la exposición se atiende también a su relación con otros artistas significativos de su tiempo, como lo fueron Mariano Maella, José del Castillo, Luis Paret o Lorenzo Tiepolo. Así, Goya y la corte ilustrada confronta el arte, la técnica y la visión de la realidad encarnados por Goya con las obras de otros artistas del siglo XVIII, con quienes mantuvo numerosos puntos de contacto pero con los que su arte rompería definitivamente.
La investigación desarrollada para esta exposición a cargo de las comisarias y los profesionales del Museo Nacional del Prado ha dado lugar a varias novedades de interés, como la localización de un nuevo retrato temprano de Martín Zapater realizado por mano de Goya, así como la identificación de una miniatura del comerciante zaragozano, obra de Francisca Isidra Meléndez, y también la adscripción a Agustín Esteve de una temprana copia de exquisita calidad del retrato perdido de Goya de Ramón Pignatelli.