Goya desembarca en Israel
Obras referentes del artista como El Pelele, El Quitasol o la serie de Los Caprichos viajan a Oriente para celebrar el 30 aniversario de las relaciones diplomáticas entre España e Israel.
Es la primera vez que estas pinturas emblemáticas españolas desembarcan en Oriente Próximo. Suman un total de 10 lienzos. La selección prestada por el Museo Nacional del Prado, se reúne para la exposición titulada Francisco Goya, sueños y pesadillas en el Museo de Israel, inaugurada a principios de diciembre. Tal colaboración también hace referencia al reciente 50 aniversario del museo israelí y al futuro bicentenario de la pinacoteca madrileña que se celebrará dentro de dos años.
Además de la decena de pinturas, la institución israelí expone más de un centenar de grabados goyescos que custodia entre sus fondos. Es una de las exposiciones más importantes organizadas en esta región por el número y calibre de las obras. Además, presenta una retrospectiva bastante completa del autor de Fuendetodos, donde se incluye un autorretrato que cierra la muestra. Para la pinacoteca de Israel ha sido una increíble oportunidad el recibir algunos de los más importantes lienzos del autor, que fue bisagra entre el clasicismo y el modernismo. El embajador israelí mostró su entusiasmo por la organización del evento, al tiempo que se felicitó por las buenas relaciones que aún mantienen las autoridades locales con nuestro país.
El título de la exhibición responde al importante papel que juegan el día y la noche en las pinturas de Goya. El día sirve como fondo de escenas alegres, mientras que la noche se ve invadida por los monstruos que amenazan con hundir el mundo, hasta que vuelve a amanecer y estos desaparecen. Cinco de los óleos pertenecen a los cartones para tapices del palacio de Carlos IV. Los grabados narran de una forma más completa la vida del autor; por ejemplo, las series de Los Disparates, Los Desastres de la Guerra, La Tauromaquia y Los Caprichos forman parte de la época de las pinturas negras. La muestra presenta una sucesión de luces y sombras que resumen la carrera del artista.
La exposición durará cuatro meses –hasta el 18 de abril de 2017– y se presenta como una oportunidad única para que se disfrute la obra de uno de los referentes de la pintura española más allá del Mediterráneo.