Francia frena la exportación del ‘Evangeliario de Saint-Mihiel’
El Ministerio de Cultura galo declara «Trésor National» el manuscrito custodiado en la biblioteca de la Universidad Católica de Lille. La institución privada optó por la venta del evangeliario para poder costear la conservación del resto de volúmenes de su colección, la restauración de una capilla y el mantenimiento de su Cátedra de Teología. Ahora el Estado francés dispone de 30 meses para poder recaudar el importe necesario para su adquisición. En caso contrario, deberán permitir la libre circulación de la pieza.
La Universidad Católica de Lille ha puesto a la venta la joya de su colección de manuscritos, el Evangeliario de Saint-Mihiel. El volumen fue descubierto en 1830 por el párroco de la iglesia de Saint-Mihiel, un pueblo de la región de Lorena, en una librería y, suponiendo que había sido producido en el scriptorium de la abadía benedictina de la misma localidad, lo bautizó como tal. Posteriores investigaciones lo han clasificado dentro del estilo de la «Escuela de Reichenau» en los últimos momentos de la dinastía otoniana, probablemente en el siglo XI, con una estética que bebe de las influencias carolingias. En 1880 fue donado por el hermano del párroco al Instituto Católico de Lille, entidad tras la Universidad y su propietario desde entonces.
Custodiado hasta ahora lejos de la mirada del público, ha ganado notoriedad a causa del interés por parte de la Universidad de venderlo. Según ha recogido La Tribune del’Art, la institución eclesiástica acudió hace un año a la Dirección Regional de Asuntos Culturales –representante del Ministerio de Cultura francés en la zona– y comunicó sus intenciones. Ese primer contacto buscaba una oferta de compra por parte de la administración, que no se produjo. Recientemente, y al continuar sin una comunicación oficial, requirieron el permiso de exportación a través del subastador Claude Aguttes, el cual fue denegado y la pieza, declarada «Trésor National».
El motivo detrás de esta transacción es la búsqueda de fondos para el mantenimiento del resto de la biblioteca –tratamientos de conservación preventiva, acondicionamiento de un taller de restauración y los honorarios del restaurador–, la restauración de una capilla y la financiación de su Cátedra de Teología. La decisión no ha estado exenta de críticas, ya que en el mismo campus otra institución, el Yncréa –una escuela de ingenieros de carácter privado– va a proceder a la demolición de uno de sus edificios más emblemáticos y a la construcción de un nuevo pabellón, y eso ha provocado la impresión de que se estaba financiando la destrucción de parte del patrimonio francés con la venta de una pieza de gran relevancia histórico-artística. No obstante, las dos entidades –Yncréa e Instituto Católico de Lille– son independientes la una de la otra, por lo que ambas acciones nada tienen que ver.
Tras la negativa a la exportación del evangeliario y su entrada en la categoría de «Trésor National», el Estado francés dispone de 30 meses para recaudar la suma correspondiente al precio de venta pactado con los propietarios (que no ha sido revelada). En caso de desacuerdo con la oferta de compra, la cifra definitiva es marcada por un comité de expertos. En último caso, y si el plazo de 30 meses se termina sin que la operación se haya resuelto, a la pieza se le concederá la libre circulación a nivel internacional. Según sus declaraciones, el deseo del Instituto Católico siempre ha sido que la pieza, al menos, permaneciese en una colección europea, y se ha mostrado dispuesto a persuadir a algunos de sus benefactores para que donen a favor de la adquisición pública del libro.
La institución de enseñanza es privada, con solo un 8% de su presupuesto procedente de las arcas públicas, por lo que esta transacción es legítima. A pesar de ello, parte del público y los medios han expresado su rechazo, en Le Figaro el profesor y crítico de arte Adrien Goetz escribía que «Sería como si el Trinity College de Dublín decidiese vender el Libro de Kells, esa obra maestra de antes del año mil».