Eveli Torent: un masón en Els Quatre Gats redescubierto

Eveli Torent: un masón en Els Quatre Gats redescubierto

El Museo Nacional de Arte de Cataluña organiza una exposición que pone de relieve la desconocida carrera de este pintor e ilustrador, cuya trayectoria personal parece sacada de una novela. La muestra podrá visitarse hasta el próximo 16 de febrero.

"Les tardes de la neuròtica". Eveli Torent. 1904.

En estos últimos años en los que tantos museos dedican exposiciones a recuperar artistas que han quedado en un segundo plano –he escrito en varias ocasiones sobre ello–, sorprende que no se hubiese rescatado hasta ahora la figura de Eveli Torrent, pintor e ilustrador cuya vida tiene todos los ingredientes necesarios para que se escriba una novela sobre ella.

Nació en Badalona en 1876 y comenzó a desarrollar su carrera en el entorno de Els Quatre Gats, lo cual explica por qué vemos en sus obras características similares a las de Ramón Casas y otros miembros del modernismo catalán. Eso puede verse especialmente en su faceta como pintor, donde se aprecia la influencia de Anglada Camarasa a través de los colores vibrantes y sus formas ondulantes.

De esta época son, por ejemplo, tres retratos a carboncillo presentes en la muestra que pintó de él Pablo Picasso, y que dejan constancia de la amistad que les unía. Al igual que con Carles Casagemas –el gran amigo del malagueño que acabará suicidándose– o Joaquín Mir, entre otros.

"Eveli Torent Masans". Pablo Picasso. Museo Picasso de Barcelona.

De todos estos autores también se muestra obra en la exposición, titulada Eveli Torent, entre Els Quatre Gats y la masonería, para proporcionar contexto del entorno en el que se forjó el estilo del artista. Aunque Torent ya había participado en la muestra con la que se inauguró el café, tuvo también una individual en 1899, y expuso en otros centros importantes de la Barcelona modernista como la Sala Parés. Por aquella época, trabajaba además como ilustrador de las revistas catalanas más conocidas (Luz, L’Esquella de la Torratxa o Hispania).

Sin embargo, como hicieron muchos de sus contemporáneos, Torent se marchó a París, donde comenzó a dibujar ilustraciones para L’Asiette au Beurre, La Vie Parisienne o Le Rire. En ese momento pintó sobre todo escenas folclóricas españolas y corridas de toros. Pero tampoco se instaló allí por mucho tiempo, pues su talante inquieto le empujó a marcharse a Nueva York en 1914, donde comenzó a destacar como retratista y, además, se vinculó profundamente con la masonería. Su relación con diversas logias se mantendría durante el resto de su vida, pues siguió perteneciendo a ellas cuando regresó a Barcelona (en 1919). Al instalarse de nuevo en su tierra, se convirtió en profesor de dibujo y arte decorativo, buscando quizá, algo de estabilidad.

En 1922 compró en Ibiza una fortificación llamada Torre d’en Rovira, en la que estableció su residencia de verano y un curioso museo donde exhibía algunas piezas arqueológicas. Además, creó a su alrededor un caprichoso parque monumental, muy pintoresco, cuyo diseño se ha relacionado con los preceptos masones.

Durante las décadas siguientes fue adquiriendo cada vez mayor importancia en las logias a las que pertenecía, como puede comprobarse en algunas de las cartas que se conservan sobre él u otros miembros de la sociedad secreta en España, en muchos casos políticos de la Segunda República, a las que se alude en la exposición. Su implicación en estos círculos le llevaría incluso a la cárcel en 1939; fue liberado al cabo de un año, pero falleció pocos meses después.

Eveli Torent, entre Els Quatre Gats y la masonería recoge ahora el legado artístico de este autor de vida fascinante, cuya historia se recupera gracias al MNAC de Cataluña. Sofía Guardiola

"La rambla". Eveli Torent. c.1903-1906. Weisman & Michel Collection, @Stèphane Pons.