Vista del Interior del Pabellón español en la 15º Bienal de Venecia.
ESPAÑA GANA EL LEÓN DE ORO DE LA BIENNALE POR SU TRABAJO ‘UNFINISHED’
El Pabellón español ha sido reconocido con el León de Oro en la decimoquinta edición de la Biennale de Venecia. Según el dictamen del jurado internacional, Unfinished (Inacabado) es la mejor muestra nacional. En su acta se afirma “que se ha tenido en cuenta la cuidadosa selección de los arquitectos emergentes, cuyo trabajo demuestra cómo el compromiso y la creatividad pueden superar los límites materiales y de contexto”. Este reconocimiento responde a la intención del comisario, Alejandro Aravena –último premio Pritzker–, de mostrar una arquitectura combativa que resuelva los desafíos a los que debe enfrentarse el mundo actual. De esta forma, España gana por segunda vez el Premio, como también ocurrió en 2000.
El título del pabellón responde, por un lado, a las edificaciones que se han dejado de construir por falta de presupuesto y, por otro, a la condición que se quiere dar a la arquitectura como “algo vivo que se transforma continuamente.” Los proyectos que encierra Unfinished, seleccionados por los comisarios Carlos Quintans e Iñaqui Carnicero, muestran las propuestas de varios arquitectos frente a la crisis económica y del sector de la construcción en España.“No se trata en ningún caso de una arquitectura espectáculo ni de una obra mastodóntica”, según palabras de Carnicero. La idea que se quiere mostrar es la de una arquitectura que no buscara por encima de todo grandes beneficios económicos, pero sí talento, preocupación social y nuevas estratégicas. La exposición se ha dividido en cuatro áreas: siete series fotográficas sobre arquitecturas inacabadas o abandonadas en nuestro país, 55 trabajos seleccionados, otras 12 seleccionadas en la competición abierta y 11 entrevistas.
Aravena, el arquitecto chileno que este año lidera la decimoquinta Exposición Internacional de Arquitectura de la Biennale di Venecia, pensó que debía ofrecer una nueva perspectiva, un nuevo punto de vista de esta disciplina. Y a la mente, oportunamente, le vino el caso del novelista y escritor de viajes británico Bruce Chatwin. Este último cuenta que, en uno de sus periplos por América del Sur, se encontró con una señora mayor, caminando por el desierto, llevando sobre los hombros una escalera de aluminio. Era la arqueóloga alemana Maria Reiche, quien estudiaba las Líneas de Nazca. A nivel del suelo, la gravilla aparecía distribuida de forma casual pero, vista desde lo alto de una escalera, las piedras dibujaban formas de pájaros, jaguares, árboles o flores. Así que Aravena decidió que nada mejor para este evento que aplicar lo aprendido de la arqueóloga y ofrecer en la Biennale ese nuevo punto de vista.
En la presente edición se cuentan 88 participantes de 37 países diferentes. Por primera vez se estrenan cinco de ellos: Filipinas, Kazajistán, Nigeria, Seychelles y Yemen. En cuanto a los arquitectos, una treintena son menores de 40 años.
Abierta hasta el 27 de noviembre.