ESCHER: EL JUEGO DE LO ABSURDO, LA GENIALIDAD DE LO IMPOSIBLE

ESCHER: EL JUEGO DE LO ABSURDO, LA GENIALIDAD DE LO IMPOSIBLE

ESCHER: EL JUEGO DE LO ABSURDO, LA GENIALIDAD DE LO IMPOSIBLE

El Palacio Gaviria se estrena como sala de exposiciones con una retrospectiva dedicada al autor holandés, que supo aunar arte, matemática y geometría en sus grabados llenos de reflejos e invenciones ópticas.  

Sala de la exposición donde se muestran diversas versiones de “División regular del plano”. Fotografía: Jesús Varillas.

“Creo que lo que necesito está en el sótano… déjame subir a comprobarlo”. Estas palabras parecen dignas de Groucho Marx, sin embargo las pronunció Maurits Cornelis Escher, un artista obsesionado por la representación del plano en todas sus vertientes: reales e imaginarias. Su obra es un juego constante de paradojas, donde todas las formas y figuras encajan como en un puzzle infinito. Y su universo, a menudo clasificado como mágico, está lleno de guiños a la matemática y la geometría.

Tan singular autor se apropia del piso superior del Palacio Gaviria gracias a una muestra organizada por Arthemisia y la M.C. Escher Foundation. Cerca de 200 obras componen este rompecabezas de exposición, cuyo recorrido laberíntico se adapta al gusto del autor por “explorar enigmas”. Los comisarios Mark Veldhuysen –responsable de la Fundación Escher– y Federico Giudiceandrea –coleccionista italiano y uno de los mayores expertos en la figura del artista– han aprovechado la disposición confusa de las salas para proponer un recorrido casi tan imposible como las escenas representadas (cuidado no se pierdan).

Maurits Cornelis Escher. “Mano con esfera reflectante”. 1935. Litografía. The Escher Foundation Collection. © 2017 The M. Escher Company The Netherlands. Todos los derechos reservados.
Maurits Cornelis Escher. “Relatividad”. 1953. Litografía. The Escher Foundation Collection. © 2017 The M. C. Escher Company. Todos los derechos reservados.

Escher se organiza en torno a siete secciones que permiten bucear en el universo del autor holandés, desde sus experimentos iniciales con la xilografía –aprovecha la veta de la madera para inventar patrones lineales en Castillo en el aire, Torre de Babel La catedral ahogada– a sus repeticiones seriadas inspiradas en La Alhambra –División regular del plano– o los trabajos por encargo, entre los que se incluyen ilustraciones de libros de matemática.

Algunas de sus obras más celebres están aquí presentes, como Mano con esfera reflectante. Relatividad, donde el propio autor se autorretrata (curiosamente, es él quien nos mira). También se exhibe su arquitectónica Belvedere –algunos quieren ver en la mujer con gorro reminiscencias del Bosco– y sus célebres patos, que no se sabe si vuelan hacia Oriente o hacia Poniente, pero que encarnan Noche y Día, según se mire. Algo parecido sucede con los peces de Cielo y agua, ¿o son pájaros?. También nos confunden los suelos en la litografía Relatividad. “¿Está seguro de que no puede ser un techo?”, nos pregunta burlón el autor.

Pero no se engañen. El universo mágico de Escher siempre tiene una explicación matemática o geométrica. El único misterio está en descubrirlo; en ese cuarteto de peces titulado Motivo de relleno del plano con peces y pájaros se ha colado un pájaro que lleva la contraria, y ese otro Ojo captado en primerísimo plano esconde un observador inesperado: “señor Huesos [una calavera], con quien estamos todos citados, nos guste o no”. La cinta de Möbius –Hormigas rojas– y el plano hiperbólico de la geometría euclidiana son algunos de los conceptos a los que recurre el autor para representar el infinito, por eso su trabajo emociona tanto a científicos y matemáticos.

Como la obra de Escher se presta a imaginar, el recorrido de la muestra se completa con varias adivinanzas matemáticas y recursos educativos que ayudan a mirar con otros ojos sus desconcertantes imágenes. Al final el reto está en adivinar el juego óptico. En dejarse llevar por los llenos y vacíos, las escaleras que suben y bajan, los reflejos y sus contrarios… Atrévanse a mirar dentro. Busquen reflejos, techos convertidos en suelos y aves que transmutan en peces, porque “solo quienes intenten lo absurdo lograrán lo imposible”. Abierta hasta el 25 de junio. Sol G. Moreno

Maurits Cornelis Escher. “Día y noche”. 1938. Xilografía. The Escher Foundation Collection. © 2017 The M. C. Escher Company. Todos los derechos reservados.