EL OBJETO COMO PRETEXTO DE BÚSQUEDA EN JOAN MIRÓ

EL OBJETO COMO PRETEXTO DE BÚSQUEDA EN JOAN MIRÓ

La directora general adjunta de la Fundación Bancaria ”la Caixa”, Elisa Durán y la directora de la Fundació Joan Miró de Barcelona, Rosa Maria Malet en la presentación hoy en CaixaForum Madrid de la muestra Miró y el objeto.

EL OBJETO COMO PRETEXTO DE BÚSQUEDA EN JOAN MIRÓ

La obra Social “La Caixa” y la Fundación Joan Miró de Barcelona han organizado en Caixa Forum Madrid la exposición Miró y el objeto, que ya se exhibió en la sede de la Fundación Miró desde octubre a enero, con gran éxito de público y que contó con el patrocinio de la Fundación BBVA. Comisariada por William Jeffet, conservador jefe del Salvador Dalí Museum de Saint Petersburg (Florida) y gran especialista en la obra mironiana, esta  muestra ahonda en las múltiples relaciones que Joan Miró (Barcelona, 1893- Palma de Mallorca, 1983) establecía con el objeto, tanto a través de sus pinturas, esculturas, collages y assemblages, porque esas cosas que encontraba a veces por azar y otras por necesidad le servían para entablar un diálogo fructífero y a transformar concepciones del arte ya establecidas.

En el recorrido se pueden admirar 109 piezas de Joan Miró, entre esculturas, pinturas y cerámicas, desde la segunda década del siglo pasado hasta la década de los 70, procedentes de numerosas colecciones de Europa y Estados Unidos, pero sobre todo de la Fundación Miró de Barcelona, que ha cedido 70 obras. Además en el inicio de la exposición unas vitrinas recogen  muchos de los objetos que el pintor barcelonés fue coleccionando a lo largo de su vida. En muchas de esas obras encontró ‘algo mágico’ que después convirtió en algo diferente.

Elisa Durán, directora general adjunta de la Fundación La Caixa, recordó que el logotipo que Miró creó para la Caixa en los años 70 fue todo un símbolo cultural que perdurará en el futuro, mientras que Rosa María Malet, directora de la Fundación Joan Miró, subrayó que esta muestra permite observar cómo partiendo del objeto, muchas veces popular y humilde, supo sugerir nuevas formas al espectador. William Jeffett dijo que en la muestra hay una intención profunda de mostrar algunas aristas oscuras y desconocidas  en el inconformismo contra las convenciones artísticas; y el nieto del artista Joan Punyet Miró rememoró su infancia junto a su abuelo y la serie de objetos que tenía Joan Miró en su estudio,  que han sido la génesis de esta exposición..

En una carta que escribió a Pierre Matisse, Miró señalaba: “Me siento atraído por una fuerza magnética hacia un objeto, sin premeditación alguna, luego me siento atraído por otro objeto que al verse ligado al primero produce un choque poético, pasando antes por ese flechazo plástico, físico, que hace que la poesía te conmueva realmente y sin el cual no sería eficaz”. Esa pulsión le llevaría a trasladar a su taller esa serie de objetos que iba recogiendo hasta lograr que se fuera conformando una atmósfera creativa, que le sirvió de inspiración para desarrollar una poética que siempre caracterizó al autor de La Masía.

Un creador de metáforas

La exposición se estructura en seis espacios diferenciados que van siguiendo la evolución de Miró como artista desde la representación pictórica del objeto hasta la plena incorporación física del mismo en la pintura, gracias al collage y el assemblage de objetos dispuestos de una forma que sugiere una representación simbólica.

El primer ámbito, titulado Un mundo de objetos,  revela cómo los objetos que recolectaba Miró eran una fuente de inspiración para plasmar más tarde  naturalezas muertas de los años 20, procedentes del Museo de Arte Moderno de Nueva York, tituladas Naturaleza muerta I (La espiga de trigo) Naturaleza muerta II (La lámpara de carburo), o un óleo de 1916, El puchero, donde dispone objetos humildes y reivindica su valor como materia artística. En el segundo espacio, El asesinato de la pintura, es un período pasional y puro, en el que Miró, tanto en su serie de Bailarinas españolas o en algunos collages sin título, introduce materiales no artísticos que luego sustituirá porque no cree que la figuración responda a la verdad artística y comienza a crear un universo objetual. El artista fue inclinándose por elementos cada vez más matéricos y, en cierto modo, ligados a temas cercanos al surrealismo como en Los juguetes, Museo de Arte Moderno de Estocolmo.  Y también encontramos algunos objetos ensamblados de principios de los años 30 y un fragmento de una película del ballet Jeux d’enfants de los Ballets Rusos de Montecarlo.

En del collage a la escultura Miró partió de sus dibujos-collages y de sus collages pintura para ir generando nuevas imágenes enigmáticas que nos retrotraen a las pinturas rupestres y a esos dibujos de niños. Tomando esos dibujos iba a reinventarse para sugerir nuevas formas como se puede ver en esos cuchillos y cuchara que luego transformará en formas poéticas en Pintura, 1933. Poco a poco, fue trabajando con nuevos materiales en sus composiciones: metal, fibrocemento, claramente no pictóricos, pero que dotan de ilusión y materialidad a las mismas. La siguiente sección, Cerámicas y primeras esculturas, ilustra cómo Miró utilizó materiales relacionados con la escultura, a base de cerámicas, hierro y bronce, con un sentido monumental como esa Cabeza en granito, realizada entre 1946 y 1949, o su Gran personaje, 1956, en bronce, sin olvidar su intensa actividad como ceramista, con ese diálogo con Llorens Artigas, que para Miró supuso un retorno a la esencia.

En el ámbito de Escultura en bronce la pulsión poética es cada vez más visible porque fue capaz de ir creando metáforas visuales. Su grado de compromiso con esta disciplina se acentuó  y pensó mucho en actuar sobre espacios públicos como en Personnage et oiseau, L’Horloge du vent,; Femme et oiseau, Sa majesté o Femme assise et enfant,  todas de 1967, donde Miró optó por realizar assemblages. En esta sección son muy interesantes las fotografías de Claude de Gaspari que documentan cómo era del proceso creativo de Joan Miró. La última parte, titulada Antipintura y Grand Palais,1974 es un período de investigación y pasión como se ve en sus telas quemadas, en su modo de usar el cartón como soporte. Le interesa experimentar con materiales efímeros como la lona de Mujeres y pájaros, o las texturas de Sobreteixim 13, ambas de 1973. La exposición del Gran Palais de 1974 volvió a demostrar su capacidad de innovación al presentar propuestas radicales que desafiaron las convenciones artísticas como se desprende de Cuadro-objeto, una composición simbólica de 1972, en la que de un marco desnudo cuelga una pelota de papel sujetada por un hilo. Provocador y siempre preocupado por no repetirse.

En esta ocasión los organizadores complementarán la exhibición con un simposio internacional “Miró y la escultura del siglo XX”, previsto para mediados de abril y organizado por la Cátedra Miró (Fundació Miró Barcelona y Universitat Oberta de Catalunya) en colaboración con la New York University y “la Caixa” y coordinado por Robert Lubar Messeri, director de la New York University en Madrid y de la Càtedra Miró. Por último, la Obra Social “la Caixa” retransmitirá en directo el jueves 11 de febrero, a las 20 horas una visita guiada a la exposición,a través de Periscope. (ver página de twitter)

Hasta el 22 de mayo. Julián H. Miranda

Miró comparte con los dadaístas y surrealistas la predisposición por la sorpresa, y con su característica sensibilidad poética acaba encontrando una fuente de inspiración en estos descubrimientos accidentales.
Joan miró. 1950. Óleo sobre madera, trapo cuerda y cartón. 30’8 x 26’4 cm. Colección particular.
La directora general adjunta de la Fundación Bancaria ”la Caixa”, Elisa Durán y la directora de la Fundació Joan Miró de Barcelona, Rosa Maria Malet en la presentación hoy en CaixaForum Madrid de la muestra Miró y el objeto.
Joan Miró.Pintura, 1933.Óleo sobre tela.97 x 130 cm. LaM, Lille musée d’art moderne, d’art contemporain et d’art brut, Villeneuve d’Ascq. Donación de Geneviève y Jean Masurel © Successió Miró, 2015.
Joan Miró Nature morte II, 1922-1923. Naturaleza muerta II. (La lámpara de carburo) .Óleo sobre tela. 38 x 46 cm .The Museum of Modern Art, Nueva York. Adquisición, 1939 © Successió Miró, 2015.