El Museo de Historia de Madrid adquiere un bodegón costumbrista
Merienda es un óleo sobre lienzo fechado hacia 1800 con una etiqueta dedicada a Mateo Richard, exdirector de la antigua Real Fábrica de Licores de Madrid. Se trata de una tela que da testimonio de la importancia de las Reales Fábricas instituidas por Carlos III durante su reinado y se incorpora a los fondos del museo municipal gracias a una partida presupuestaria especial destinada a compras en galerías.
El Museo de Historia ha adquirido una escena cargada de elementos típicos del Madrid de finales del siglo XVIII: vino dulce Aceite de Venus, un vaso de barrilete de la Granja y varios bizcochos de soletilla envueltos en papel blanco. La loza sobre la que estos dulces descansan y las copas de cristal junto al aguardiente amarillo del fondo completan una composición que invita al espectador a degustar una típica merienda madrileña. Precisamente ese es el título de la obra –Merienda–, una pintura que nos habla de la corte de Carlos III (1716-1788), monarca que durante su reinado promovió la construcción de las Reales Fábricas, iniciadas por su predecesor Felipe V.
Esta escena atrajo la atención de los conservadores del Museo de Historia de Madrid desde que la galería Ana Chiclana la expuso en su stand de la pasada edición de Feriarte, aunque no ha sido hasta ahora cuando se ha podido hacer efectiva la venta. Una partida presupuestaria dedicada especialmente para adquisiciones en galerías, ha permitido al centro público costear las cinco cifras que ha tenido que pagar por la pieza.
La relevancia de este bodegón costumbrista para los fondos del museo madrileño resulta innegable, ya que los elementos de la escena están cargados de significado histórico. Por un lado, el barrilete realizado en vidrio blanco de leche remite a la Real Fábrica de la Granja, mientras que en la etiqueta de la botella de aguardiente situada en el extremo derecho se puede leer lo siguiente: «Mateo Richard exdirector de la extinguida Real Fábrica de Licores de Madrid». Este dato ha resultado fundamental para el concretar la datación de la pintura, fechada en torno al 1800.
Cabe destacar su buen estado de conservación. Pero al margen de su calidad artística, este bodegón es, como decíamos, un testimonio histórico de las costumbres típicas del Madrid de finales del siglo XVIII.
Mateo Richard, la persona a la que se dedica la obra, fue un fabricante de licores y proveedor habitual de la Real Casa de Su Majestad. Aparece documentado en prensa en el Diario de Madrid en 1811 y 1818. Ostentó el cargo de director de la Real Fábrica de Licores y más tarde estableció su propia destilería en la Plaza de la Cebada. Por su parte, la Real Fábrica que recuerda el cuadro fue construida por Manuel de la Ballina López de Castro entre 1781-1792. Originalmente se concibió como Real Fábrica de Aguardiente y Naipes y en época napoleónica pasó a ser Real Fábrica de Tabacos. El edificio aún puede verse entre las calles de Embajadores y Miguel Servet.