El Bosco. «El carro del Heno». Tapíz de oro, plata, seda y lana. Bruselas. 1550-1560.
EL MONASTERIO DE EL ESCORIAL CELEBRA EL V CENTENARIO DE EL BOSCO CON UNA EXQUISITA EXPOSICIÓN DE SOLO 11 OBRAS
De “escueta, sencilla pero exquisita”, definió José Luis Díez, director de las colecciones Reales de Patrimonio, esta exposición sobre Hieronymus Bosch (1450-1516) más conocido por el Bosco, que se celebra en el Monasterio de El Escorial, con motivo del 500 aniversario de su muerte. Está organizada por el Patrimonio Nacional con la colaboración del Museo del Prado. Las comisarias son Carmen García-Frías y Concha Herrero. Definición perfecta la de Díez, porque son solo 11 piezas realmente exquisitas. De ellas, tres son pinturas, cuatro tapices, tres manuscritos –dos son libros de entrega– y un grabado. Sirve de adelanto a la gran exposición que dentro de unos meses, se abrirá en el Museo del Prado.
Las pinturas, según explico Alfredo Pérez de Armiñán, presidente de Patrimonio Nacional, son originales y pertenecen a la colección del Monasterio: Cristo con la cruz a cuestas –que figurará en la exposición del Prado y que, por lo tanto, se sustituirá por otra–; la tabla de La Coronación de Espinas y el tríptico El carro de Heno –versión escurialense– que ha sido recientemente restaurado y que es la primera vez que se exhibe. La restauración ha permitido determinar que se trata de una réplica de taller de la que guarda el Prado y no una copia tardía, cuya composición repite casi exactamente.
El lugar elegido para le exposición no ha podido ser mejor y más adecuado. “Las obras se muestran en el lugar original para el que fueron adquiridas”, afirmó Pérez de Armiñán, “y en donde cobran su sentido verdadero”. Porque fue Felipe II quien gustaba extraordinariamente de este artista y el monarca que reunió el mayor número de sus trabajos en El Escorial. La crítica que hacía sobre los vicios de la sociedad encajaba perfectamente con su modo de sentir. Las compras están anotadas en los dos libros de entrega que se muestran a la curiosidad del visitante, escritos a tinta con una letra de lectura muy fácil. Datan de 1574 y 1593, respectivamente. El tercer manuscrito trata de la fundación del Monasterio y está redactado por Fray José de Sigüenza. El grabado es un retrato –talla dulce– del Bosco, uno de los pocos fidedignos que se le conocen. Está fechado en Amberes, en 1572.
Tan exquisita como las pinturas es la colección de cuatro tapices que se exhibe. Se les conoce como los ‘Disparates del Bosco’ o los ‘Caprichos de Brueghel’. Están tejidos en Bruselas, entre 1550 y 1570, con hilos de oro y seda sobre modelos del pintor de Hertogenbosch, sobre cartones atribuidos a Brueghel el Viejo: Tribulaciones de la vida humana –basado en El carro del Heno–; El Paraíso, el Purgatorio y el Infierno –tomado del tríptico El jardín de las Delicias; Las tentaciones de San Antonio y San Martín y los mendigos. Se trata de una serie única, según se explica en un pequeño folleto, no solo por las obras que los inspiraron sino también por ser la única tapicería que ha llegado a nuestros días. Realmente extraordinaria. No se sabe bien cómo entraron en España; posiblemente fueron un intercambio diplomático con motivo de alguna alianza política o matrimonial de los reyes.
El Bosco en El Escorial. V Centenario estará abierta hasta el 1 de noviembre de 2016. María Pura Ramos