El mercado internacional apuesta por la pintora Mary Cassatt
La casa de subastas Sotheby’s saca a subasta en una venta privada un lienzo de la reputada pintora y aguafortista americana. Las cifras que han alcanzado sus cuadros durante las últimas décadas auguran un buen resultado.
Las subastas privadas han sido parte importante del negocio de Sotheby’s durante los últimos años, hasta el punto de que en 2018 y 2019 las cifras de este tipo de ventas superaron, en ambos casos, el billón de dólares de beneficio. Esta modalidad se realiza de forma diferente al calendario habitual de subastas y tiene la particularidad de desarrollarse durante el tiempo que sea necesario entre compradores y vendedores, a fin de que el coleccionista interesado obtenga, mediante el asesoramiento de la casa, aquella obra de arte que buscaba para su colección. Estos objetos deben tener un valor superior a los 100.000 dólares y a diferencia de las valoraciones de las subastas, que están sujetas a pujas, los precios de las venta privadas son fijos y siempre se acuerdan entre ambas partes. A fin de potenciar este rentable negocio, la página web de la casa ofrece para 2020 un nutrido grupo de piezas sólo aptas para grandes fortunas.
Dentro de la apuesta de la casa por el arte americano, destaca la presencia de un cuadro de la pintora impresionista Mary Cassat (Allegheny City, Pensilvania, 1844-Mesnil Theribus, Picardía, 1926) titulado Niños jugando con un gato. Las cifras nada desdeñables alcanzadas por sus obras en ventas pasadas avalan desde luego su inclusión: en mayo de 2018, el pastel Abrazo de buenas noches (42 x 62’8 cm) se remató en más de cuatro millones y medio de dólares; le sigue el retrato de su sobrino Robert Kelso Cassatt, que alcanzó 1,45 millones de dólares en 2017; o Madre con su hijo, que hace una década (2010) rondó el millón de dólares.
La tendencia en las cotizaciones ha ido por tanto a la alza en los últimos años, hecho que se constata al compararlo con ventas en otras casas de subastas. Así, Christie’s remató en 2018 Niños jugando con un perro (1907) en una cifra próxima a los cinco millones de dólares, mientras que en 2012 Sara con un gato (1907-1908) llegó a los cinco millones.
Nacida en una familia acomodada de Filadelfia en 1844, Mary se formó en la Academia de Bellas Artes de Pensilvania, una de las pocas instituciones donde se les permitía estudiar a las mujeres. Se mudó a París con su madre en 1866, donde pasó toda su vida adulta. Allí estudió a los maestros italianos y franceses. También lo hizo con los españoles, pues no debe olvidarse su estancia en Madrid y Sevilla en 1872 (en el Museo del Prado trabajó como copista de Velázquez, Murillo y Goya). Pero fue sin duda su admiración por los impresionistas lo que marcó su trayectoria profesional, pues fue con ellos con quienes trabajó regularmente.
Cassatt cultivó escenas domésticas íntimas y encantadoras, centrándose en madres e hijas, niños y escenas interiores. Junto a su compañeray amiga Berthe Morisot (1841-1895) ofreció una visión del mundo de las mujeres liberada de la mirada masculina. Fuera de su práctica artística, abogó activamente por el sufragio femenino y por la educación de las niñas. Sus pinturas están presentes en buena parte de los museos de todo el mundo. A pesar de ello, en nuestro país sólo el Museo de Bellas Artes de Bilbao cuenta con Mujer sentada con un niño en brazos (1890).
Niños jugando con un gato (1907-1908) se encuadra dentro del periodo de producción más importante de la artista. La modelo para la madre es Renée Chauvet, una mujer de un pueblo próximo al que vivía la pintora. El grupo familiar es también el mismo que aparece en otras pinturas fechadas entre 1905-1910, como Joven madre con dos niños (colección de la Casa Blanca, Washington, DC, EE. UU,) o Niños jugando con un perro (Christie’s 2018).
Se documenta por primera vez en el mercado parisino en 1908 en manos del famoso marchante Paul Durand-Ruel (1831-1922). Por sus manos pasaron un buen número de pinturas de Cassatt, como las ya citadas Abrazo de buenas noches o Niños jugando con un perro. No hay que olvidar que Durand-Ruel fue uno de los primeros marchantes de la primera generación de los impresionistas y que, en el caso concreto de Mary Cassatt, le debe a la artista su introducción en el círculo de la alta sociedad americana, a quien convertiría en unos de sus mejores clientes.
Estaremos atentos para contaros a cuánto asciende finalmente la venta de esta deliciosa pintura.