El lenguaje de Julie Mehretu en el Centro Botín
Es su retrospectiva más importante organizada hasta la fecha en Europa. Julie Mehretu: una historia universal de todo y nada habita el nuevo Centro Botín de Santander hasta el 25 de febrero de 2018. La artista, de origen etíope y residente en Nueva York, utiliza la pintura para un lenguaje nuevo y personal, expresado mediante la abstracción, el gran formato y la superposición.
Son cerca de 30 pinturas y 60 dibujos las piezas que forman la muestra. En ellas priman el dibujo y el trazo como los elementos importantes dentro de su creación. El resultado es una pintura de signos, de geometría y de arquitectura que confluyen creando tensión.
El proceso creativo de Mehretu consiste en la superposición de capas que se borran unas a otras hasta crear conflicto. “Es una forma de construir destruyendo” expresaba el director artístico del Centro Botín, Benjamin Weil.
Julie se considera hoy una de las mejores artistas de su generación por su manera de expresar con la pintura lo que ocurre a nivel mundial. Una de sus principales preocupaciones son sucesos que ha vivido desde su infancia sucesivamente: las revoluciones y las protestas, de Etiopía, Irán, Siria, Brasil, Estados Unidos etc. “El lenguaje de la pintura me eligió a mi para expresarme” declaró la artista durante la rueda de prensa.
Utiliza la tinta, el acrílico y el lápiz de dibujo para sus cuadros. Estas técnicas yuxtapuestas provocan una colisión entre la precisión y el caos. En la mayoría de sus lienzos primero traza, al estilo arquitectónico, alguna ciudad, urbanidad o monumento; el plano resultante lo ataca después con acrílico y tinta en forma de líneas agresivas, formas geométricas o borrones que difuminan el primer trabajo. El resultado final se asemeja a una explosión que recuerda a Kadinsky, Pollock, e incluso a Cai Guo-Qiang. El gran formato además favorece la sensación de alcance y envoltura al espectador. Explica la artista que “tras el fracaso de la capa arquitectónica, reinvento el lenguaje con abstracción. Lo que se ve en todas las obras es el esfuerzo empleado en inventar el lenguaje, en crear algo nuevo”.
Las piezas más recientes se diferencian de las anteriores por el toque fotográfico desenfocado que les da a través del color. Se elimina el plano arquitectónico y se usa un cromatismo de efecto desenfocado como si se hubiese tomado de una fotografía borrosa de alguna imagen de protesta callejera. En esta última etapa elimina el dibujo.
Cada capa del proceso es minuciosamente cuidada y pensada. Juntas expresan la agitación, el movimiento, la expresividad y la energía propia del arte contemporáneo, además de su trasfondo histórico, social, reivindicativo, crítico y personal.
Mehretu ha reconocido que nunca ha visto su obra igual que en las salas del Centro Botín: “Es increíble ver mis pinturas con toda esta luz natural. Nunca las había visto así. Es algo excepcional”. Sin duda este espacio es idílico para una obra como la de Julie. El mismo Centro ha apostado por ella comprando recientemente una de sus obras. La Fundación organiza talleres y becas para jóvenes artistas con el objetivo de impulsar la creatividad de la ciudad. El director del Centro Botín, Iñigo Sáenz de Miera, expresaba muy concienciado que “para ser feliz en la vida personal y para logar éxitos en lo profesional lo más importante es la inteligencia emocional de cada uno, y es precisamente el arte uno de los agentes que motivan el desarrollo de esta faceta del cerebro. Contemplar el arte activa la creatividad de la sociedad, lo que desencadena en una nueva forma de mirar la realidad, que desemboca en un desarrollo de la inteligencia emocional que será la que nos lleve finalmente a la felicidad. Y esta es la misión del Centro Botín.”
Del 12 de octubre 2017 al 25 de febrero de 2018.