‘EL JARDÍN DE LAS DELICIAS’ EN LA GRAN PANTALLA

‘EL JARDÍN DE LAS DELICIAS’ EN LA GRAN PANTALLA

‘EL JARDÍN DE LAS DELICIAS’ EN LA GRAN PANTALLA

El Bosco es, quizá, uno de los artistas más intrigantes y enigmáticos que ha tenido la historia del arte. Su tríptico El Jardín de las delicias es un auténtico rompecabezas interpretativo que desata infinitos debates e hipótesis acerca de las intenciones del autor sobre esta pintura.

El Museo Nacional del Prado presenta la película El Bosco. El Jardín de los Sueños, producida por López-Li Films, en colaboración con la Fundación BBVAMovistar + y con el apoyo de RTVE. Se trata de un documental realizado con motivo del V centenario de la muerte del Bosco y completa su gran exposición en la pinacoteca madrileña. Su estreno será este jueves día 9 de junio y llegará a más de 70 salas en España, además de Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Polonia, Hungría y República Checa.

Siguiendo el esquema de la tesis sobre El Jardín de las delicias de Reindert Falkenburg, uno de los mayores expertos sobre el autor, se construye una conversación de impresiones e interpretaciones de escritores, historiadores, músicos, científicos y artistas conocidos que con sus aportaciones descubren al espectador las curiosidades, detalles y posibles definiciones alegóricas de distintas secciones de la pintura.

La intención de la película es una atracción sensorial y sentimental que evoque ideas y pensamientos. Se trata de un diálogo que crea una experiencia multisensorial y atrapa al espectador. Todo se basa en una relación interrogante entre lo divino y lo humano. Lo apasionante de la parte simbólica de la obra es que desde hace 500 años hasta ahora ha podido ser interpretada de todas las maneras posibles; porque los visitantes del museo no contemplan este tríptico con los mismos ojos que la sociedad de la época del autor (que solo pudo contemplar el tríptico cerrado). Es una composición que absorbe infinitas miradas y todas diferentes. “Este cuadro ha estado ahí expuesto desde hace mucho tiempo, emanando su fuerza, su alma…Antes de la Revolución Francesa, después de la Revolución Francesa; antes y después del marxismo, antes y después de Auschwitz. Lo que significa que el cuadro ha permanecido siempre igual. Pero los ojos pertenecen a cabezas cuyas mentes han cambiado por completo”, explica el escritor Cees Nooteboom en una de las secuencias del documental.

Jardín de las Delicias. El Bosco. Detalle tabla central.

Las primeras preguntas que suelen surgir en la mente del espectador son acerca de quién fue el Bosco y de dónde sacaba toda esa fantasía. El misterio se hace aún más intrigante cuando se afirma que los únicos documentos que se conservan sobre él son sus obras. Probablemente era un hombre culto –¿dónde habría visto un elefante o una jirafa? ¿Y todas esas especies de aves y plantas?–, capaz de mostrar una explosión de vegetación y seres animados con la precisión de un biólogo, probablemente porque había consultado varias enciclopedias. La tabla central es un reflejo del libro de Dios creador: la naturaleza. Representa una biosfera con toques cómicos, grotescos, graciosos… pero con una probable intención moralizante, muy similar a las iluminaciones de los manuscritos medievales, como por ejemplo el Libro de las Horas.

El título del documental hace referencia a los sueños. No en vano, durante la película se menciona que “los sueños son experiencias reales mientras dormimos”; también se hace alusión a los delirios febriles: “El jardín es un gran día de fiebre” comenta Miquel Barceló. Esto se debe a todo el contenido surrealista de la obra, así como a las situaciones desconcertantes que protagonizan las figurillas humanas que pueblan el tríptico. Falkenburg incide en la capacidad del Bosco para “encender la imaginación del espectador e incitar la interpretación sin ni siquiera darnos una pista”. Este es el gran logro del Bosco: hacer explotar la fantasía creadora del público, para lo cual es inevitable hacer interpretaciones al contemplar estas escenas. Cada una de ellas se ha ejecutado con una gran “paciencia y alegría en los detalles”, como reconoce el Premio Nobel Orhan Pamuk. El conjunto de seres, plantas, personas, animales y objetos tan detallados hablan de  la variedad del mundo, cada elemento significa algo. Curiosamente se aprecian muchos búhos, que supuestamente son una alegoría del diablo, además de frutos rojos –como fresas, arándanos y moras– que representan los placeres efímeros mundanos. Todo esto podría interpretarse como una escena en la que el mundo gobierna al ser humano y no al contrario, como debería ser.

Jardín de las Delicias. El Bosco. Detalle tabla central.
Jardín de las Delicias. El Bosco. Detalle tabla central.

¿Qué puede significar El Jardín de las delicias? ¿Es un reflejo de un sueño? ¿De nosotros mismos? El director, José Luis López Linares, no facilita en absoluto que descubramos el mensaje; la única pista es la mirada de Dios Padre, que clava sus ojos en el visitante. Esta es la única unión con el espectador en un tríptico en el que ocurren cosas inexplicables, en un desorden caótico donde se mezcla el teatro, la música o el baile. La mirada de Dios Padre es la única apelación, lo cual lo hace aún más misterioso. Pero el Bosco no quiere que resolvamos este misterio, desea que permanezcamos en él y que los visitantes vuelvan a sus casas con el alma inquieta.

El documental, gracias a las aportaciones de los intelectuales –junto con una proyección de imágenes en excelente calidad y una acertada selección de música ambiental–, hace participar al público de este diálogo fantástico e imaginativo tan apasionante, para que cada uno construya sus propias conclusiones o, al menos, quede en estado de reflexión. Ana Robledano Soldevilla.@ARobledano

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Jardín de las Delicias. El Bosco. Detalle tabla izquierda.