El genio de Ambrogio Lorenzetti brilla con fuerza en Siena
La gran afluencia de público –35.000 personas en tres meses– y la restauración de las obras expuestas en Santa Maria della Scala ha despertado tal interés, que se ha decidido prorrogar su antológica hasta el 8 de abril.
Estaba previsto que Ambrogio Lorenzetti y la Siena de su tiempo cerrase sus puertas ayer, pero el éxito de público ha obligado a sus comisarios a mantenerla abierta. Por esta razón, las obras maestras del pintor sienés permanecerán un par de meses más en Santa Maria della Scala, museo que desde el pasado octubre acoge una de las mayores retrospectivas en torno al artista.
«No ha resultado fácil, pero lo hemos conseguido: la exposición continuará abierta al público para deleite de críticos, visitantes y turistas. Ambrogio nos acompañará hasta primavera, permitiendo así descubrir un capítulo fundamental del arte medieval», anunciaba esta mañana Bruno Valentini, alcalde de Siena y principal promotor institucional de la muestra, en la que también ha participado el Alto Patronato del Presidente della Repubblica y el Ministerio dei Beni e delle Attività Culturali de la Toscana.
Parece que los esfuerzos de los comisarios Alessandro Bagnoli, Roberto Bartalini y Max Seidel por recuperar la figura de este maestro del Trecento discípulo de Duccio han dado sus frutos.
La exposición supone la culminación de un proyecto iniciado en 2015, cuyo objetivo pretendía un mayor conocimiento del artista y una mejor conservación de sus obras. Durante una primera fase se investigó la producción del maestro (Siena posee cerca de un 70 % del total de sus obras conocidas). Más tarde, se procedió a la restauración de algunas de ellas, como el ciclo de frescos de la capilla de san Galgano de Montesiepi o el políptico de la iglesia de san Pedro en Castelvecchio de Siena.
Ambos conjuntos fueron trasladados a Santa Maria della Scala, para que todo el mundo pudiese asistir en directo a las labores de renovación. Además, otros dos equipos trabajaron in situ en sendas iglesias de san Francisco y de san Agustín, para recuperar el brillo de la antigua sala capitular y de la serie de santa Catalina, respectivamente.
La muestra que ahora puede verse en el museo sienés constituye, por tanto, la fase final de esta iniciativa con fines investigadores. Ofrece un recorrido expositivo que se completa con los frescos que el maestro pintó para el Palazzo Pubblico de Siena, entre los que destacan las Alegorías del Buen y Mal gobierno.
Coetáneo de Cimabue, Giotto y Duccio, Ambrogio Lorenzetti demostró su habilidad pictórica y capacidad intelectual en este encargo laico para el palacio comunal, que realizó entre 1338 y 1339. Asimismo, contribuyó a establecer los cimientos del Renacimiento en su siena natal.
Si tenemos en cuenta que Ambrogio Lorenzetti no contaba con una monografía científica, podemos entender el catálogo que acompaña la muestra como una ocasión excepcional para reconstruir la actividad pictórica de este maestro en ocasiones olvidado del Trecento. Suerte que todavía puede descubrirse en la ciudad de Siena dos meses más.