Palacio del Infantado tras el bombardeo de 1936.
EL BOMBARDEO DEL PALACIO DEL INFANTADO
El Museo Provincial de Guadalajara inicia un ciclo de conferencias sobre la destrucción del palacio del Infantado durante la Guerra Civil.
El 6 de diciembre de 1936 la aviación franquista bombardeaba el palacio de los Duques del Infantado de Guadalajara. Pasto de las llamas, perecía casi en su totalidad un edificio emblemático del patrimonio cultural español de todos los tiempos. Casi 30 años después, el Estado español emprendía su rehabilitación, que culminó con su inauguración en el año 1973.
Con motivo del 80 aniversario de su destrucción, el Museo Provincial de Guadalajara pone en marcha un programa de tres conferencias que se enmarca dentro del ciclo La Pieza Destacada. Sin duda, el elemento más relevante es la proyección de un audiovisual montado a partir de las imágenes tomadas in situ por dos equipos distintos: las de la CNT / FAI que se conservan en sus archivos y las incluidas en el noticiario soviético Sobre los sucesos de España, filmado entre diciembre de 1936 y enero de 1937 por O. Podgorieskaia (Filmoteca Española).
El ciclo se desarrolla en tres sesiones que tendrán lugar durante los días 8, 16 y 23 de febrero. La primera de ellas tiene por título El Palacio bombardeado y correrá a cargo del profesor de la Universidad de Alcalá de Henares, Julián de la Fuente. El plato fuerte será la proyección del citado audiovisual. La segunda sesión estará a cargo del profesor de la Universidad de Castilla la Mancha, Juan Pablo Calero Delso y versará sobre la significación política de la destrucción del palacio, bajo el epígrafe Guadalajara en Guerra: el caso del Palacio del Infantado. Esther Almarcha cerrará el ciclo y abordará la compleja e irregular rehabilitación del edificio durante los años 70 del siglo pasado.
El palacio de los Duques del Infantado comenzó a construirse en 1480 bajo la supervisión del arquitecto de la reina Isabel la Católica, Juan Guas. Su impresionante fachada y su célebre patio de leones son obras maestras del gótico. Sus salones fueron decorados con los artesonados más fastuosos del momento, entre los que destaca el Salón de Linajes, acaso el más espectacular de cuantos de hicieron no solo en España, sino también en la Europa del momento.
A partir de 1570 el V Duque del Infantado reconstruyó por completo el edificio para adaptarlo a los gustos del renacimiento, a imitación de lo que Felipe II llevaba a cabo en el Alcázar de Madrid. La reforma no solo fue arquitectónica, pues para decorar al fresco sus estancias en él trabajó el pintor italiano Romolo Cincinnato, artista llamado por el Rey Prudente para el ornato de sus palacios. Del esplendor que desprendieron sus muros, sus frescos y sus fastuosas colecciones artísticas cabe destacar el famoso Ticio de Tiziano del Museo del Prado, regalado a Felipe IV en 1649; o la serie de tapices de Tournai de la historia de Tánger y Arcila que se conserva hoy en la colegiata de Pastrana (Guadalajara). Desgraciadamente y a pesar de que aún se conservan parte de los frescos de Cincinnato, puede decirse que el Palacio del Infantado es hoy apenas una sombra de lo que fue. Ángel Rodríguez Rebollo
*Puede acceder al audiovisual desde este link.