Dos retratos inéditos de Rembrandt
El catálogo razonado de Rembrandt se enriquece con el descubrimiento de estos dos retratos inéditos. Los retratos han aparecido en una colección particular, donde se encuentran desde su compra en Christie’s en 1824. Una provenance prácticamente ininterrumpida y el visto bueno del Rijksmuseum avalan la atribución.
El próximo 6 de julio en Londres, en plena semana dedicada a los maestros antiguos, Christie’s contará con buena parte de la atención del mercado gracias a su último descubrimiento.
Se trata de una pareja de miniaturas, dos óleos sobre tabla que han sido atribuidos a Rembrandt con ayuda del Rijksmuseum y que se ofrecerán con una estimación de 5,7 a 9,2 millones de euros. Henry Pettifer, vicepresidente internacional de la casa de subastas, se topó con las pinturas durante una visita a la residencia de unos coleccionistas.
Según declaró al Financial Times, «no era consciente de lo que iba a ver. Me atreví a soñar, pero me pareció extraordinario que los cuadros no se hubieran estudiado antes. Estaban completamente ausentes de la bibliografía sobre Rembrandt».
Los retratos representan a Jan Willemsz van der Pluym y su mujer Jaapgen Carels. La pareja estaba emparentada con Rembrandt y eran ciudadanos de Leiden, ciudad natal del artista. Los especialistas han podido datar las efigies en 1635 cuando el pintor tenía 29 años.
Lo singular del descubrimiento es que a pesar de que se tratan de obras inéditas, ha sido posible rastrear su provenance y reconstruirla prácticamente al completo. Quizá los Pluym perdieron la pista a la atribución, o quizá se convirtieron en unas de esas reliquias familiares cuyo relato hay que creer solo a medias (hasta que se demuestra que, en efecto, eran tan buenas como se pensaba).
La cuestión es que cuando cambiaron de manos por última vez, en 1824 –transacción en la que también intervino Christie’s– no quedó constancia de su atribución para que posteriormente los especialistas en Rembrandt pudiesen hacer sus indagaciones.
Este descubrimiento enriquece la oferta de maestros antiguos, cada vez más escasa. Que estos estudios son una parte fundamental del mercado de arte antiguo no solo es algo que hemos repetido frecuentemente, sino que se trata de uno de los pilares del sector.
Incluso cuando en el pasado las obras maestras abundaban –o al menos cuando tenían más movilidad y despertaban más interés por parte del público– el surgimiento de una pieza desconocida suponía un hito para las ventas.
Sin embargo, con el panorama de los últimos años se han convertido en momentos refrescantes. No solo son algo inesperado o relevante académica y económicamente, sino que con frecuencia se trata de piezas de mayor calidad que las que están en el circuito menos episódico.
La escasez de obras maestras no tiene fácil –o incluso posible– solución, más allá de la bajada de nuestras expectativas –y aceptar por genialidades lo que en realidad son piezas mediocres– o estos casi imposibles descubrimientos.
Hemos visto en los últimos años como atribuciones forzadas se han revestido de excelencia para suplir las carencias de un sector que no tiene capacidad de seguir el ritmo del calendario de las principales casas de subastas y ferias.
Por suerte, este julio aún tendremos esta pareja de miniaturas inéditas de Rembrandt. Dos pequeñas –y verdaderas– joyas. Héctor San José.