Dos icónicas obras de Frederic Leighton se reencuentran en el Met
Una exhibición temporal en el centro neoyorquino, que acoge cinco obras victorianas cedidas por el Museo de Arte de Ponce de Puerto Rico, ha propiciado que dos de las últimas pinturas de Leighton vuelvan a verse las caras. Será por tiempo limitado, hasta el 4 de febrero.
Flaming June (1895) y Lachrymae (1894-1895) fueron los últimos óleos monumentales que el artista británico pintó antes de su fallecimiento en 1896. Un año antes, Leighton expuso ambas obras en la Royal Academy de Londres, donde se pudieron apreciar juntas por primera vez.
Las dos pinturas volvieron a encontrarse en Leighton House en 2016, en la muestra titulada Flaming June: A masterpiece comes home (Flaming June: una obra maestra regresa a casa), lugar donde se pintó.
Siete años después, gracias a una colaboración con el Museo de Arte de Ponce, en Puerto Rico, las dos obras comparten espacio de nuevo en la Galería 800 del Metropolitan de Nueva York. La instalación presenta la contradicción entre ambas obras: Flaming June es una celebración sensual de la vida, mientras que Lachrymae es su antítesis, una sombría meditación sobre la muerte.
Junto a ellas se muestran también La huida de un hereje, 1559 (1857), del prerrafaelita John Everett Millais, y las tres obras que comprenden El rosal silvestre –todas pintadas entre 1871 y 1873–, de Sir Edward Burne-Jones. Los visitantes tienen hasta el 4 de febrero para ver estas cinco obras victorianas.
«Estamos encantados de exhibirlas aquí, ofreciendo a nuestros visitantes la oportunidad única de ver estas increíbles obras del Museo de Arte de Ponce en un diálogo significativo con la propia colección del Met», ha expresado el director ejecutivo del museo, Max Hollein.
Esta colaboración nació como respuesta a los efectos de los terremotos sufridos en Puerto Rico en 2020, que afectaron a la estructura del Museo de Arte Ponce y le obligaron a cerrar temporalmente sus galerías principales. Mientras el edificio se sometía a importantes reparaciones, el museo utilizó su plataforma para concienciar sobre la devastación en el país y buscar al mismo tiempo hogares seguros para su colección.
La selección de las piezas cedidas a Nueva York se realizó con el objetivo de establecer una relación temática y autoral entre las creaciones del museo portorriqueño y la propia colección del Met. Es el caso de la serie El rosal silvestre –El príncipe entra en el bosque, El rey y su corte y La bella durmiente–, que se exhibe junto con La canción de amor de Burne-Jones.
Hay que destacar que este reencuentro solo podía ocurrir en el Met, ya que la delicada y frágil condición de esta última obra –encargada por el mecenas William Graham y cuyos interesen en el romanticismo configuraron el estilo del artista– le ha impedido viajar desde 2006.
Por su parte, la Galería 808, dedicada a la pintura británica del siglo XIX, alberga La huida de una hereje (1559) de Millais. La pintura muestra a una mujer vestida con el sambenito y el capirote amarillo de los condenados a la hoguera, que está huyendo con la ayuda del amante que ha entrado en la cárcel vestido de monje. Ella escapa con la ropa que le ha robado a su carcelero, maniatado y amordazado a la izquierda del cuadro.
Cuando concluya esta instalación en febrero, Flaming June visitará Londres, donde regresará a la Royal Academy hasta enero de 2025. La huida de una hereje y la serie El rosal silvestre serán parte de la exposición Los prerrafaelitas: Un renacimiento moderno, que se inaugura en el Musei San Domenico de Forlì (Italia) el 23 de febrero de 2024. Nerea Méndez Pérez