Cuenta atrás para el récord: dos retratos de Goya en Christie’s
El próximo miércoles 25 de enero la casa de subastas celebrará la venta titulada, simplemente, Old Masters. En ella, las piezas con la estimación más elevada –entre 15 y 20 millones de dólares– serán los retratos de Doña María Vicenta Barruso Valdés, sentada en un sofá con un perro y Doña Leonora Antonia Valdés de Barruso, sentada y sosteniendo un abanico de Goya. Si se produce la venta, la obra del maestro aragonés se situará más cerca de su merecido lugar en la esfera del mercado internacional.
Queda menos de una semana para que los dos retratos de Goya que presenta Christie’s marquen –con toda probabilidad– el nuevo récord del artista. Se trata de dos pinturas que representan a Doña María Vicenta Barruso Valdés, sentada en un sofá con un perro y Doña Leonora Antonia Valdés de Barruso, sentada y sosteniendo un abanico, valoradas entre 15 y 20 millones de dólares.
El maestro aragonés por fin traspasará la barrera de los diez millones. Que este hito aún no haya ocurrido en un mercado tan sobreexcitado como el actual es una anomalía.
Siempre llama la atención que el que es considerado como uno de los mayores exponentes de la historia del arte occidental –y una pieza clave en el comienzo del desmoronamiento de los convencionalismos del Antiguo Régimen– no goce de una posición ventajosa en el mercado del arte. Goya nunca se ha situado entre los más cotizados.
De hecho, es uno de esos pocos creadores para los que las cifras cosechadas en nuestro país están cerca de las conseguidas a nivel global. La multiplicación del precio que experimenta cualquier pieza que cruza los Pirineos se da a veces con los goya, pero en menor medida.
Esta particularidad tiene varias explicaciones. Por un lado, se trata de una de las insignias del arte español, por lo que aún se pueden encontrar compradores –aunque contados con los dedos de una mano– que desembolsen cifras millonarias incluso por obras declaradas inexportables o Bienes de Interés Cultural.
Por otro –y este es un mal que se ha convertido en sistémico con los maestros antiguos–, no han salido al mercado suficientes piezas de calidad como para crear el impulso necesario para que suban los precios.
Incluso cuando han aparecido obras como el Retrato del marqués de Caballero –con el que se especuló antes de su venta que se trataba del modelo original y que el conservado en el Museo de Budapest era una versión posterior– se valoró entre 400.000 y 600.000 dólares y se remató por algo más de dos millones de dólares. Fue un precio correcto, nada más.
También ha influido la ausencia de una autoridad con suficiente peso en el mercado que despejase las dudas de los coleccionistas interesados y más rigurosos.
Si bien hay multitud de especialistas en la figura del aragonés, no ocurre como con otros pintores con los que, a la hora de su venta, los compradores siempre preguntan por la opinión de un investigador en concreto. Con Goya, al no existir esa figura, las diferencias de opiniones entre expertos no tienen una solución fácil.
En este caso, Christie’s aporta la opinión de tres expertas: Marie Louise Sauerberg –que firma la ficha– y Juliet Wilson-Bareau y Véronique Gerard Powell, a quienes la casa de subastas agradece su ayuda en la catalogación.
Su veredicto favorable suma certeza a una provenance extensa, cuyo último apunte hace referencia a su venta en 1951 en Agnews; esa fue la última vez que apareció en el mercado.
Christie’s rastrea su historia hasta su encargo por parte de Salvador Anselmo Barruso de Barreta, marido y padre de las retratadas: Leonora Antonia Valdés de Barruso y María Vicenta Barruso Valdés, respectivamente.
De la misma manera, destaca lo excepcional de que una pareja de retratos efigie a una madre y una hija, hasta el punto de considerar que carece de precedentes claros. También es poco habitual que sea María Vicenta la que ocupe el lugar de mayor jerarquía en la pareja.
Este dato, junto con una supuesta mirada de complacencia por parte de Leonora, podría desvelar las intenciones de esta familia burguesa de conseguir un matrimonio provechoso para su heredera.
La posición social de la familia Barruso también es un dato relevante, ya que formaban parte de la incipiente burguesía que en el siglo XIX copiará los usos y costumbres de la aristocracia a la que estaba destinada a sustituir. Todos los símbolos de la clase dominante –desde los atuendos a la última moda, pasando por sus posturas y sus complementos– están presentes en madre e hija.
Todo estos datos apuntan a lo que comentábamos en un principio, el miércoles que viene en Nueva York, Christie’s marcará el próximo récord para Goya. El primer puesto lo ocupa de momento Suerte de varas, comprado por el Getty Museum en Sotheby’s en 1992 por 7,4 millones de dólares (el equivalente a 15,4 millones si ajustamos la inflación de estos 30 años).
La pareja de retratos son cabeza de cartel en una semana dedicada a los maestros antiguos que, por primera vez desde 2016, Christie’s vuelve a celebrar en enero. Héctor San José.