BRAFA celebra 65 años de presencialidad
Brussels Expo, la nueva sede de la feria, abre sus puertas dispuesta a superar las cifras de su última edición presencial (celebrada en 2019). Más de 10.000 piezas de todo formato, precio y condición pueden verse hasta el domingo 26 de junio en los stands de las 115 galerías que este año acuden a BRAFA en su 67 edición, con Jordi Pascual y Montagut como participantes españoles. Entre las obras más destacadas, una Cabeza de Basquiat ofrecida por ocho millones dólares y una Kermesse de Pieter Brueghel el joven por la que De Jonckheere pide cuatro millones.
Si mayo fue el mes de las ferias en Nueva York, junio lo va a ser en Europa. Tras la apertura ayer de Art Basel, hoy le toca el turno a BRAFA, que durará hasta el próximo domingo 26 de junio. Después, cogerá el testigo Maastricht con TEFAF. Esta condensación de eventos culturales, motivado por el retraso de algunos de ellos, podría favorecer la presencia de coleccionistas americanos, que en unos pocos días tendrá acceso a las mejores y más prestigiosas ferias de nuestro continente (a todo eso se suma, además, La Biennale de Venecia).
Conscientes de ello, los organizadores de BRAFA Art Fair han preparado para esta ocasión una edición excepcional. Cerca de 15.000 obras, 5.000 años de historia y 115 galeristas. No es para menos, si tenemos en cuenta que en 2022 la feria cumple 65 años –exceptuando las dos últimas ediciones online, con las que sumaría 67– y que desea demostrar por qué ha liderado el mercado belga durante las seis décadas pasadas.
Lejos de pensar en su jubilación, la feria ofrece piezas de primer nivel con las que cautivar al visitante. Entre ellas, cabe mencionar una obra de Jean-Michel Basquiat Sin Título (Cabeza) que ZIDOUN-BOSSUYT ofrece por ocho millones de dólares -7,66 millones de euros-, posiblemente una de las joyas más caras de la feria.
Otro nombre propio que destaca con fuerza es Pieter Brueghel el Joven. Su Kermesse de san Jorge y su Danza nupcial al aire libre animan al visitante con su habitual repertorio de gestos, detalles o bailes en DE JONCKHEERE. Por la primera escena piden cuatro millones, mientras que la segunda cuesta 2,7 millones. La casualidad ha querido que FLORENCE DE VOLDERE le haga la competencia con una composición muy similar del autor e igual título pero algo más barata: 2,5 millones.
Si avanzamos en el tiempo y por los pasillos de la feria, percibimos una destacada presencia de autores impresionistas belgas en diferentes galerías. AV MODERN & CONTEMPORARY, por ejemplo, ofrece un paisaje escarpado de Willi Schlobach, mientras que FRANCIS MAERE FINE ARTS apuesta por la pincelada puntillista de Albert Saverys. RUEB MODERN AND CONTEMPORARY ART recupera la figura de William Degouve de Nuncques, un pintor que visitó en varias ocasiones Mallorca y entró en contacto con Santiago Rusiñol y Joaquin Mir. El paisaje de la Cala de San Vicente que se exhibe entre las paredes de la galería de Ámsterdam, seguro que atrae a más de un comprador.
BAILLY GALLERY, por su parte, fija su mirada en Emilie-Othon Friesz, pintor fauvista que en el verano de 1906 coincidió en Bélgica con George Braque. Juntos disfrutaron de los paisajes amberinos a orillas del Escalda y es entonces cuando Friesz pintó Le port d’Anvers, una vista única del puerto de Amberes desde la terraza del antiguo casino Le Kursaal.
En escultura debemos mencionar un San Jorge matando al dragón que perteneció a la colección del Barón Rothschild. La presenta CHIALE FINE ART, está hecha de madera pintada con oro y plata en el siglo XVI y es un tributo a Felipe II y ese Imperio en el que no se ponía el sol.
El arte africano está presente gracias a galeristas como DIDIER CLAES, que para esta ocasión ha elegido una estatua congoleña Yombe tallada en honor de un gran jefe que se muestra pensativo y con las piernas cruzadas. La pieza perteneció en su momento a André Gide, escritor francés y anticolonialista comprometido.
También el arte islámico encuentra su hueco –por primera vez– en BRAFA 2022. KEVORKIAN se estrena en la feria con un repertorio de piezas del Antiguo Oriente y de la Civilización Islámica que recorren desde el tercer milenio a. C. hasta el siglo XIX. Una de sus joyas es un estandarte con dos íbices alados de pie procedente del Irán Occidental, Lorestán, datado en la Edad de Hierro. «Queremos abrirnos al coleccionismo belga, cada vez más interesado en este tipo de piezas, cuyos precios oscilan entre los 10.000 y los 50.000 euros», explican.
Entre los participantes, cabe destacar también la presencia de dos españoles, que una vez más han permanecido fieles a la feria. JORDI PASCUAL, especializado en pintura de nuestra vanguardia, presenta en su espacio varias obras de Tàpies, Miró y Dalí. MONTAGUT, por su parte, ha elaborado un stand centrado en objetos de pequeño formato como una escultura Soninke que defiende la idea de que “lo pequeño es bonito”. Todo preparado, por tanto, en la nueva sede de BRAFA 2022, que ya ha entrado en tiempo de descuento. Sol G. Moreno