Cuatro siglos de Ukiyo-e muestran en Zaragoza a la mujer japonesa
El Palacio de Sástago presenta por vez primera más de un centenar de estampas japonesas de la colección Pasamar-Onila que pertenecen al periodo Edo y se centran en el género del bijin-ga, que muestran el ideal de belleza femenina. TEXTO: Ricardo Centellas
La Diputación de Zaragoza ha organizado una exposición de ukiyo-e en el Palacio de Sástago de la capital aragonesa: La mujer en Japón. Cuatro siglos de ukiyo-e y shin-hanga en la Colección Pasamar-Onila, que se podrá visitar hasta fin de año. Del millar de obras que integran esta colección, que aún sigue creciendo, se han seleccionado 146 estampas, un rollo y seis libros ilustrados para presentarlas al público por vez primera.
“Lo que empezó como un arrebato estético, pronto se convirtió en una pasión obsesiva de coleccionista, centrada en el género del bijin-ga (las mujeres ‘bellas’ del ideal artístico japonés). Hasta el punto de que he pensado que estas me elegían a mí, y no al revés”, explica su propietario.
La colección Pasamar-Onila tiene una vocación enciclopédica respecto del ukiyo-e, que por su diversidad de estampas bijin-ga la hace única y especial en el panorama de los conjuntos, tanto privados como públicos de España. Una de sus fortalezas es que busca las piezas más antiguas y menos habituales del periodo Edo (1603-1868), algunas de las cuales están presentes en la muestra.
El recorrido presenta numerosos artistas, entre los que cabría destacar a Keisai Eisen, Tsukioka Yoshitoshi y Kitagawa Utamaro como los preferidos del coleccionista, sin descuidar a las mujeres. El genial Utamaro –que junto con Katsushika Hokusai, autor de la célebre ola junto al monte Fuji e Utagawa Hiroshige forman la terna más famosa y mejor del arte japonés–, posee un ámbito propio en la exposición con casi 40 obras.
El espectador se encuentra así con estampas que le trasladan a la corte imperial del periodo Heian con sus damas, cortesanas y poetas, incluso a la propia novela del príncipe Genji (periodo dorado de la antigua capital Heian-kyō, actual Kioto).
También podrá viajar a lugares famosos de Edo –la actual Tokio–, el monte Fuji, el río Sumida o Enoshima, así como al lecho de los amantes que, en una sala propia, se exhiben como lo mejor del género shunga, las pinturas eróticas y sexuales. Todo un mundo de disfrute, elegancia y belleza inherente al ukiyo-e, “imágenes del mundo flotante”, la vida de lo efímero.