Crisis diplomática entre Italia y Estados Unidos por un retrato de Gérard
Italia quiere recuperar el retrato del príncipe Camillo Borghese pintado por François Gérard que adquirió la Frick Collection por 10 millones de dólares. Se trata de una de las obras maestras del pintor neoclásico francés; y según el gobierno italiano, en la petición de licencia de exportación, figuraba como anónima y sin atribución alguna.
Cuando en diciembre pasado, la Frick Collection anunció la compra de un retrato del Príncipe Camillo Borghese pintado por el artista neoclásico francés François Pascal Simon, barón de Gérard (1770-1837), el museo de Nueva York cantó la victoria: «Es la pintura más importante que hemos adquirido en los últimos 30 años». Pero ahora, según informa The Art Newspaper, Italia ha abierto los procedimientos legales para recuperar la pintura. El gobierno italiano ha revocado la licencia de exportación dictada en Bolonia solicitando la devolución de una obra que estima «parte importante de su patrimonio cultural».
Fechada hacia 1810 y pintada en París, el retrato ya se encuentra en Estados Unidos, pero el gobierno italiano afirma que en la petición de la licencia de exportación simplemente figura como un retrato anónimo de autor también desconocido. Y figura el precio de la venta: 200.000 euros. El gobierno recuerda ahora que Camillo Borghese, cuñado de Napoleón, tuvo una gran importancia en la historia reciente de Italia.
El retrato, que conserva su marco original, se encontraba en manos de la familia Borghese en su famosa villa homónima. Solo muy recientemente los expertos italianos se habrían dado cuenta de la importancia de la pintura para el patrimonio nacional italiano, al tratarse de un retrato clave de la etapa napoleónica en Italia.
La colección Frick, que está trabajando en una apelación al recurso italiano, no ha querido hacer ningún comentario al respecto y mantiene la fecha del 31 de octubre para presentar el retrato. Será en la exposición Luis Valadier: esplendor en la Roma del siglo XVIII que comisaría Alvar González-Palacios. Mientras tanto, la embajada de Italia en Washington sigue sus gestiones para evitar no solo la presentación de dicha muestra, sino las gestiones para que el cuadro regrese a Italia. La galería Robilant & Voena, los anticuarios que vendieron la obra al museo neoyorquino, apoyan lógicamente la legalidad de la venta.