Cinco años de cárcel por el robo de un signac

Condenado a cinco años de cárcel por el robo de un signac de 1,4 millones

Vadym Huzhva, un marchante de arte ucraniano, acaba de ser condenado por un tribunal francés por organizar el robo de El puerto de La Rochelle de Paul Signac del Museo de Bellas Artes de Nancy en 2018. Fue un sospechoso de asesinato el que, a la hora de su detención, contó a la policía que tenía en su posesión el cuadro y que Huzhva había sido el cerebro del delito.

El marchante de arte ucraniano Vadym Huzhza ha sido condenado a cinco años de cárcel por el robo de un cuadro de Signac en 2018. La obra en cuestión es El puerto de la Rochelle, propiedad del Museo de Bellas Artes de Nancy –a donde volvió en 2020–, y la historia del delito es digna de una película (o, al menos, de una miniserie).

Esto es así no tanto porque se ejecutase un plan espectacular, de hecho el fiscal del caso lo ha descrito como “nada sofisticado”, sino por las circunstancias que llevaron al descubrimiento del lienzo. No podemos sino recordar lo que nos contó en su día Bill Brandt, el autodenominado “Indiana Jones del arte”, pero comencemos por el robo.

En 2018, tres hombres entraron a pleno día en el Museo de Bellas Artes de Nancy. Iban vestidos con gabardinas y sombreros, pero con la cara descubierta. Las cámaras de vigilancia grabaron cómo se acercaron al desprotegido Puerto de La Rochelle y cómo, con un cúter, cortaron el lienzo, lo enrollaron, se lo guardaron y huyeron con él.

Paul Signac. El puerto de La Rochelle.

Durante el siguiente año se perdió la pista a la pintura valorada en 1,46 millones de euros. No fue hasta que la policía irrumpió en la residencia de Kiev de un sospechoso de asesinato, cuando este les aconsejó tener cuidado en su registro: en un recoveco de una alacena, se escondía el signac.

Junto con el paradero de la obra, la policía recibió el chivatazo del autor intelectual del delito, el coleccionista, marchante –y en ese momento también presidiario– Vadym Huzhva. De procedencia ucraniana y 64 años de edad, Huzhva cumplía condena por el robo de un renoir en Viena en 2018.

Es este modus operandi por parte del delator lo que necesita la explicación de Brandt. En la entrevista que publicamos en ARS 53 –Bill Brandt: «Los bacon robados aún están en Madrid»– contaba cómo los robos de arte por encargo no tenían como destinatarios a coleccionistas millonarios, «si estos quieren un picasso se lo compran, pero no a un delincuente».

Museo de Bellas Artes de Nancy.

No, en sus palabras: «Los que roban un rembrandt porque estaba a tiro, lo que harán es utilizar ese cuadro como pago en el mundo criminal. […] lo compran para negociar la pena en caso de que los detengan: devuelvo este cuadro si me rebajáis la pena. Eso suele funcionar».

No sabemos con seguridad si en el reverso del signac el sospechoso de asesinato –ahora convicto en Kiev y también condenado en Francia por este caso– creyó leer «Suerte: Queda libre de la cárcel. Esta carta puede venderse o conservarse hasta que sea utilizada» o no, pero el desarrollo de los acontecimientos cuadra con lo que contaba Brandt.

Tras la acusación y el cumplimiento de su anterior condena, Huzhza fue extraditado a Francia en 2020. Allí ha sido juzgado y condenado a cinco años de cárcel y una multa por daños de 300.000 euros. Varios medios han relatado como durante el proceso se le escuchó gritar en varias ocasiones «calumnias» y «conspiración». También fue declarado culpable de varios robos durante 2017 y 2018 en casas de subastas francesas de obras de Eugène Boudin, Galien-Laloue, Giorgio de Chirico y Renoir. Héctor San José.