Francis Bacon. «Crucifixión»
CIEN POR CIEN FRANCIS BACON EN UNA EXPOSICIÓN DE OBRAS CREADAS PARA DISFRUTAR
“Aunque en arte nunca se puede saber todo al cien por cien, el autor de los dibujos que figuran en esta exposición, según decidieron en su día los tribunales, es Francis Bacon”, (Irlanda 1909- Madrid, 1992). Así lo afirmó su comisario Fernando Castro. Se trata de unos 50 trabajos, a lápiz, pastel y collage que pueden verse en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, bajo el título: La cuestión del dibujo”. Pertenecen a la colección Francis Bacon Foundation of the Drawings donanted to Cristiano Lovatelli Ravarino, compuesta por cerca de un centenar de dibujos, fechados y firmados por el artista, entre 1977 y 1992. “Piezas vibrantes de color y enérgicas, creadas para disfrutar”, en palabras de Castro, “pero no exentas de polémica.” Obras en las que sorprende y resalta la mezcla de colores: naranjas con morados fuertes, rosas y verdes, azules… No son pues ni bocetos ni dibujos preparatorios sino de obras en sí mismas; obras por derecho propio. Fueron un regalo a su pareja de muchos años, el periodista Ravarino. Son igualmente, como algún crítico de arte dice, “una mirada sin piedad sobre el ser humano, a quien descompone y mutila”. Fernando Castro la define como una reflexión sobre la condición humana y la angustia existencial. Obra que no deja indiferente a nadie: rostros desencajados, bocas abiertas dibujadas con compás, por las que parece que se escapa un grito sin sonido, y cuerpos deformados.
No falta ninguna de las más conocidas y también más obsesivas: los retratos del papa Inocencio X, inspirados en el de Velázquez; las crucifixiones, las cabezas y figuras sentadas o en pié, los retratos y autorretratos.
La polémica sobre su autoría tiene su origen en la siempre repetida afirmación del propio Bacon de “que él no sabía dibujar”. Pocas veces admitió que lo había hecho pero que tales dibujos quedaban olvidados cuando llegaba el momento de pintar. Nunca los volvía a mirar. Una afirmación provocadora muy en su línea, que la exposición pone, sin embargo, en duda dado los que presenta, y a la que le iría mejor el título de “desastre esplendoroso”, el mismo con el que él definió su vida. “Sé lo que quieras ser sin hacer concesiones”. Esta era su cruz.
La autenticidad de los dibujos, desde su muerte, estuvo siempre en duda; duda que se habían iniciado en 2009, en la Bienal de Venecia.
Abierta hasta el 21 de mayo de 2017. MPR