ANTÓN GOIRI: “ESTOS LUGARES PARECE COMO SI FUESEN REFUGIOS O CELDAS, UN MUNDO SINTÉTICO”

ANTÓN GOIRI: “ESTOS LUGARES PARECE COMO SI FUESEN REFUGIOS O CELDAS, UN MUNDO SINTÉTICO”

ANTÓN GOIRI: “ESTOS LUGARES PARECE COMO SI FUESEN REFUGIOS O CELDAS, UN MUNDO SINTÉTICO”

Hablamos con el fotógrafo vasco sobre su exposición Concrete en Mondo Galería y su forma de retratar los espacios vacíos

Mondo Galería presenta la última muestra de Antón Goiri en Madrid, en la que el fotógrafo vasco nos presenta su visión plasmada sobre espacios que juegan con nuestra percepción, anclados en la delgada línea entre realidad y ficción. Túneles y recintos subterráneos cobran vida más allá de la profunda oscuridad. No se trata de un reportaje, ni de un documental; ofrece al espectador el proyectarse a sí mismo en cada obra. Son atmósferas puras en las que parece imposible que una experiencia humana pueda tener lugar. No cuentan una historia, pretenden generar una sensación de profundidad que cada uno interpreta a su manera. El lugar que sea no es lo importante, porque se busca la abstracción, el juego de texturas y el efecto pictórico.

Esta forma que utiliza Goiri para transportarnos a sus espacios, le sitúa en un plano más metafísico que el de un simple cazador de imágenes. Le coloca en el espacio del arte, donde lo que vemos no es ni pretende ser simplemente lo que es. Así nos lo cuenta mientras nos explicaba la exposición (que podrá visitarse hasta el 12 de diciembre).

¿De qué trata su nuevo trabajo? 

Son lugares dentro del metro de Bilbao, de la parte de atrás. Me ofrecieron conocer estos interiores, visitar esas infraestructuras de madrugada, cuando el metro no estaba funcionando. Me gustaron porque son lugares donde no llega la luz del día. En las fotos no se conocen las escalas, si son grandes, pequeños… parece como si fuesen refugios o celdas, un mundo sintético, además muy cinematográfico. A mí me han conmovido; aunque solo sean espacios de estructuras de hormigón armado, me parecieron muy atractivos.

¿A qué se refiere cuando habla de trasladar al espectador a un espacio metafísico?

El concepto de refugio es muy artificial. Los biólogos modernos han descubierto que tenemos más virus en nuestras casas modernas que la gente que vive a la intemperie. Me preguntaba si en estos refugios se podría vivir; son sitios tranquilos, pero también siniestros. Son lugares emotivos, puedes sentir miedo, tranquilidad, seguridad, silencio…

¿Por qué túneles y subterráneos?

Me conmueven y me gustan mucho. Suelo fotografiar puertas o ventanas también, puertas condenadas que llevan a más habitaciones de hormigón. Es todo muy contradictorio, una puerta que lleva a la nada es una paradoja vital. Me interesaba que trasmitiese claustrofobia. Es difícil de explicar, hay que sentirlo.

¿Manipula las fotografías o son del natural?

Son del natural, solo refuerzo el contraste porque al agrandar los formatos, las imágenes pierden contraste. Pretendo que tengan un aspecto pictórico, si las retocase sería como añadirle un efecto más de 3D.

¿De quién recibe influencia?

De los clásicos como Jeff Wall, pero me influyen más cineastas como David Lynch, me inspiraron sus espacios industriales de ruidos tremendos, esos sonidos de la ciudad industrial. Quizá también tomo influencia de pintura del principios del XX como la de Paul Delvaux.

¿A qué se debe el nombre Concrete?

“Concrete” significa hormigón en inglés. Me hacía gracia el equívoco que se produce, porque mucha gente piensa que significa “concreto” y la exposición es todo lo contrario a concreto. No quería hacer ningún nombre tipo “cárceles del alma” o algo así. Lo llamo hormigón porque me gusta mucho ese material. Es un material difícil, tiene un punto de rotura, es frágil a pesar de ser tan tosco y por eso me atrae.

¿Cómo ha sido su evolución de la fotografía editorial a la fotografía artística?

Curiosamente empecé con la fotografía artística. Mientras estudiaba la carrera de Derecho, heredé el equipo profesional de mi tía. Presenté un proyecto de 50 obras en la sala Rekalde, al que llamé La Ciudad Dormida. A partir de ahí llamé a los medios y ellos me llamaban para colaborar con ellos como fotógrafo, a pesar de no tener formación como tal, y ahí empecé mi carrera como fotógrafo editorial, a la que he dedicado 20 años de mi vida. Tardé en volver a la fotografía artística. Cuando tuve un proyecto interesante y pensé que tenía cabida en una galería, se lo mostré a Diego Alonso [director de Mondo Galería] y  lo apoyó. Es un trabajo más personal y subjetivo.

¿Tiene predilección por alguna fotografía en concreto de su exposición?

Sí, y no es la que más gusta. Es la puerta negra y también la de la mancha. Lo interpreto como la imagen de mujer y la imagen de hombre. La puerta está condenada a una habitación sin salida y estaba inundada, con metro y medio de grosor de muro en anchura. Este espacio me interesó mucho. Ana Robledano Soldevilla

Puerta, “Concrete”.
Túnel, “Concrete”.
Mancha, “Concrete”.
Celosía, “Concrete”.