ALZAR LA VOZ DESDE LA AZOTEA DEL CÍRCULO

ALZAR LA VOZ DESDE LA AZOTEA DEL CÍRCULO

El Círculo de Bellas Artes y Médicos Sin Fronteras presentan una exposición con 40 imágenes que muestran el drama del exilio sirio y de los desplazados internos de Sudán del Sur.

Es la historia de una huida contada en imágenes. Un relato en el que Anna Surinyach ha querido “alzar la voz” sin decir ni una sola palabra. La crónica de un presente poco prometedor con un final incierto… Seguir con vida describe la lucha por la supervivencia de miles de familias. La fotoperiodista catalana ha querido poner rostro a dos crisis sangrantes que avergüenzan diariamente a la comunidad internacional: el éxodo sirio y los desplazados en Sudán del Sur. En el primer caso, la huida es hacia adelante; en el caso del país más joven del mundo, se trata de un movimiento circular e infinito. Todos huyen de la guerra.

La exposición se compone de 40 imágenes en formato medio que se ubican al aire libre, en la terraza del Círculo de Bellas Artes. Las fotografías podrán verse –y medirse con las vistas madrileñas– hasta el 31 de marzo. Después, viajarán a otras ciudades españolas dentro de la campaña desarrollada por Médicos Sin Fronteras (MSF).

El drama del éxodo sirio es un relato contado en cuatro pasos: la espera, que tiene lugar en las ciudades turcas y jordanas, países limítrofes con Siria; el riesgo, que obliga a los refugiados a lanzarse al mar en embarcaciones poco estables; la ruta,que a veces está pintada en un mapa que llega vía whatsapp; y la frontera, esa que a veces se encuentra cerrada. Surinyach ha necesitado tres semanas para captar cada uno de los rostros que ilustran los pasos que marcan esa huida.

En Kilis, por ejemplo, el campo de Zaatari muestra la “falsa normalidad” en la que que viven los cerca de 80.000 refugiados que han conseguido dejar atrás las zonas de conflicto. Un limbo donde permanecen personas como Yasín, quien espera paciente el fin de la guerra para poder regresar a su país natal. No desea viajar a Europa, solo olvidar lo que vivió en Siria, donde dos de sus hijos tuvieron que luchar en frentes opuestos, y recuperar la normalidad –también el hogar– que le robaron hace ya cinco años.

Montaje que ilustra el exilio sirio: la espera, el riesgo, la ruta y la frontera.

La ruta de los que prefieren dar el salto a Europa continúa en Lesbos. La fotógrafa confiesa que al principio tenía miedo de perderse el momento exacto de la llegada de embarcaciones, pero le bastaron dos días para darse cuenta de que estas arriban con la misma frecuencia que el metro o el autobús. Como en una jornada laboral, las barcas empiezan a llegar a las 7.00 de la mañana y no cesan de alcanzar la costa hasta la caída del sol. También en la isla griega hay historias conmovedoras, como la de Adam, el niño iraquí que disfruta de su juguete improvisado –un globo– y su par de galletas vestido con una manta térmica a modo de capa. Porque, a diferencia de los super héroes de cómic, él es uno de verdad.

Paciente del hospital de MSF de Malakal. © Anna Surinyach.

LA CRÓNICA OLVIDADA DE SUDÁN DEL SUR 

El segundo episodio que Anna Surinyach relata con imágenes a través de su cámara fotográfica es el de los desplazados dentro de Sudán del Sur. El país africano también está en guerra, como Siria; ha obligado a miles de personas a abandonar su hogar, como Siria; y precisa de ayuda humanitaria, como Siria. Pero no se habla tanto de sus ciudades, donde han muerto más de 50.000 personas desde que estalló el conflicto, en diciembre de 2013.

Más de 1,6 millones de civiles se mueven de un lugar a otro sin salir de las fronteras del país, quizá porque no tienen medios para ello. Una falta de recursos que retrata muy bien la fotógrafa desde el hospital que MSF tiene en Malakal. Allí los pacientes llegan en carretilla. Eso solo basta para hacerse una idea de las condiciones en las que viven los que huyen de la guerra y se refugian en campos de la ONU.

Seguir con vida es un relato mudo que grita sin palabras. Una exposición al aire libre que sorprende al espectador desde la azotea del Círculo y le invita a ver, mirar y entender la realidad que ocurre más allá del Edificio Metrópolis o el Palacio de Correos.  Sol G. Moreno

Adam, niño iraquí que ha viajado con su madre hasta Lesbos. © Anna Surinyach.
Un niño sonríe en el hospital de MSF de Malakal, Sudán del Sur.© Anna Surinyach.
Vista general de la exposición “Seguir con vida” en la azotea del CBA. ©Ana Tomás.