Alberto Durero y su ‘plagiador’ Raimondi

Alberto Durero y su ‘plagiador’ Raimondi

Una exposición de la Gemäldegalerie indaga en el alcance que las obras del artista alemán tuvieron al sur de los Alpes, mostrando tanto obras suyas como reproducciones y trabajos inspirados en él que firmaron autores italianos.

Enea Vico (1523–1567), según Albrecht Dürer, Rhinocerus (El rinoceronte), 1542/1548, grabado en cobre © Museos estatales de Berlín, Kupferstichkabinett

Alberto Durero y el grabador italiano Marcantonio Raimondi tuvieron un enfrentamiento en 1511 que, en términos actuales, podría considerarse como un problema de propiedad intelectual. Cabe la posibilidad de que el artista alemán y el grabador italiano se hubieran conocido en 1506, cuando el primero visitó Bolonia y Raimondi, además de mostrar muchas de las iconografías que Durero había popularizado, comenzó también a realizar reproducciones de sus obras.

Elaboró, por ejemplo, sus propias versiones de las xilografías del alemán sobre la vida de la Virgen, aunque cambiando la técnica por la del grabado en cobre. En aquel momento era una práctica habitual que los grabadores copiasen las composiciones de otros para difundirlas, pero solía hacerse con los trabajos a buril más costosos y no con las xilografías (de menor calidad).

Además, las reproducciones de Raimondi no se identificaban como tales. El italiano copiaba hasta la firma del artista nacido en Núremberg, esas famosas iniciales tan reconocibles que incluía siempre en algún rincón de sus composiciones.

Esto comenzó a molestar al maestro alemán, que se enfrentó con Raimondi en el Senado de Venecia. La solución a la que se llegó fue prohibir al segundo que copiase la firma de Durero (pero no sus composiciones). De este modo, a partir de entonces se distinguirían los grabados originales del alemán y las copias boloñesas por la presencia o ausencia de la AD.

Además de ser un antecedente lejano de lo que después sería la preocupación por conceptos como autoría o propiedad intelectual, esta pequeña anécdota sirve para demostrar la influencia que Alberto Durero tuvo en Europa, especialmente en Italia.

Este es, precisamente, el tema principal de la exposición Influencia de Alberto Durero. Importancia y alcance en Italia que puede verse en la berlinesa Gemäldegalerie, compuesta por fondos de la Kupferstichkabinett. El recorrido incluye 23 obras, entre las que se encuentra, por ejemplo, una xilografía de su serie Vida de la Virgen, así como una de las controvertidas reproducciones que Raimondi hizo de estas piezas.

También se muestra su famoso rinoceronte–animal que reprodujo sin haber visto nunca–, y del que también se expone una temprana copia italiana perteneciente a Enea Vico.

En la exposición se aborda, sobre todo, la copia fiel de imágenes de Durero, así como la tensión que generan los medios impresos: por un lado ayudan a aumentar el alcance de las obras, y por otro facilita las reproducciones, haciendo que entren en juego cuestiones como la creatividad de cada autor o los derechos que este tiene sobre sus propias ideas.

"San Joaquín y Santa Ana en la Puerta Dorada". Alberto Durero. Xilografía. 1504. © State Museums in Berlin, Kupferstichkabinett.

Esta muestra, que puede contemplarse hasta el 24 de septiembre, coincide con otra centrada igualmente en el maestro alemán que tiene lugar en la Galería de Dibujo y Grabado (Kupferstichkabinett). En ella se exhiben xilografías, grabados y dibujos clave del artista, además se analiza su papel en la posterior formación de la identidad alemana, el coleccionismo y el mercado del arte o en la propia historia de la Galería del Dibujo y Grabado de Berlín. Sofía Guardiola