AI WEIWEI SE SOLIDARIZA CON LOS REFUGIADOS EMPLAZANDO SU NUEVO TALLER EN LESBOS
“La frontera no está en Lesbos, sino en nuestras mentes y en nuestros corazones”. De esta forma justifica Ai Weiwei su decisión de instalar un nuevo taller en dicha isla griega y solidarizarse con las gentes que han perdido su hogar. Han sido 800.000 los refugiados que, en 2015, han cruzado el mar Egeo hasta llegar a Lesbos para encontrar amparo en Europa. Ante esto, el artista disidente chino lanza su respuesta por la vía artística: instala aquí su nuevo centro de trabajo e invita a otros creadores a hacer lo mismo.
Weiwei, comprometido con la crisis migratoria actual de refugiados, proyecta la llegada de artistas europeos y asiáticos a trabajar en este taller, con la mirada puesta en la lucha por un mundo mejor y por la humanidad, después de haber vivido esta realidad en primera persona (fue encarcelado en su país natal por sus críticas al régimen comunista chino).
El pekinés quiere hacernos ver que la búsqueda de refugio por parte de un porcentaje de la población mundial siempre ha existido, pero ahora ha batido su récord en Grecia. Por eso debemos intervenir para remediarlo. “La gente tiene que entender qué es lo que realmente ocurre aquí y ayudar a Grecia y, lo más importante, salvarla”, insiste.
Esta iniciativa de Weiwei es una llamada a los artistas chinos y alemanes a la solidaridad internacional. Su objetivo es abrirnos los ojos y hacernos verdaderamente conscientes de lo que ocurre hoy en lugares como Turquía y Grecia. Una vez más, el arte se utiliza como instrumento para agitar conciencias, así lo afirmó el autor cuando dijo: “Como artista, tengo que estar relacionado con las luchas de la humanidad… Nunca separo estas situaciones de mi arte”.
Algunas celebridades como Mandy Patinkin y Susan Sarandon han pisado ya la isla de Lesbos para conocer de cerca este problema y hacer una llamada a la solidaridad. Son dos los centros de acogida que existen en esta localidad griega, en ambos, estas navidades se han amparado aproximadamente 6.000 refugiados. Ana Robledano Soldevilla