La renovación del Museo Ingres Bourdelle
Tras tres años de trabajos de renovación, a los que precedieron casi una década de estudio, el museo dedicado a los dos artistas nacidos en Montauban solo pudo estar abierto al público tres meses antes de ser clausurado durante el confinamiento en el país vecino. Desde principios de julio, puede volver a disfrutarse de la rehabilitación de sus espacios y de la reordenación de sus colecciones.
Como muchos proyectos en el sector cultural, la rehabilitación y mejora de la sede y las colecciones del Museo Ingres Bourdelle fue largamente meditada antes de comenzase. La necesidad de actualizar los espacios del antiguo Palacio Episcopal al público del siglo XXI era de sobra conocida por la dirección de la pinacoteca de Montauban y hacia 2007 comenzaron un exhaustivo estudio previo que debía proporcionar toda la información necesaria para llevar a cabo una excelente reforma.
Bach Nguyen, el estudio de arquitectura elegido, se especializa mayoritariamente en arquitectura residencial y hotelera, pero también han llevado a buen puerto la rehabilitación del castillo de Hohlandsbourg –una población a 60 km. al sur de Estrasburgo– y la construcción del Museo de Artes y Tradiciones de Marruecos en Casablanca. Al contar con un torrente de datos y especificaciones tan abundante, pudieron llevar a cabo la reforma en tan solo 3 años.
El presupuesto total invertido ha sido de 13,1 millones de euros y ha permitido la ampliación en más de un 30% de superficie con la apertura de la segunda planta, un pabellón en la tercera y la habilitación del patio como atrio de entrada. Asimismo, se ha garantizado la accesibilidad a todo el conjunto y se han reorganizado los espacios de exposición, alejándolos de la traza del siglo XIV original y aproximándolos a una distribución más fluida y polivalente.
Aparte del cambio físico, el museo ha sido rebautizado para no solo dar cobijo a Ingres –el hijo más célebre de Montauban– sino también a Antoine Bourdelle, uno de los escultores de mayor relevancia en el cambio de siglo francés y alumno de Rodin. El nuevo Museo Ingres Bourdelle ha conseguido con esta maniobra enlazar su colección, más centrada antes de la reforma en la pintura del pleno siglo XIX, con otra disciplina y una cronología más moderna. Ahora el visitante podrá disfrutar de la producción de Bourdelle en toda una planta del conjunto.
Como tantos otros proyectos, esta renovación y celebración de la cultura y el arte franceses se ha visto empañada por el cierre de las instituciones culturales durante los meses de confinamiento. A esto se suma este particular verano, de ausencias de viajeros y turistas, que deja a los museos de menor renombre en una situación precaria. Según pasan las semanas la atención de muchos de estos lugares se desvía a su entorno más cercano, a los visitantes locales. El desarrollo de actividades para un público menos temporal –que no se limite a hacer una visita puntual a su paso por la localidad sino que establezca una relación de largo recorrido con la institución– será, con probabilidad, uno de los pilares en los que se sustenten las programaciones en los próximos meses. Héctor San José.