Amplia oferta de interesantes piezas para el día 15 de marzo, sin olvidar un gran grabado de Lichtenstein o una Anunciación de Alonso del Arco
Si hubiera que definir el punto fuerte de Segre, la casa de subastas de El Viso, creo que casi todos los coleccionistas señalarían, sin dudarlo, la pintura española del siglo XX; y quizá más en concreto aún la segunda mitad del siglo pasado.
La de marzo no es una licitación más, una de transición, como suele llamarse. La oferta es escogida y abundante, con precios generalmente atractivos así que se prevén buenas ventas, aunque alguna de las obras importantes tenga una venta más complicada.
La portada de este mes, un gouache sobre papel del Equipo 57 (1957-1962), Sin título (40,5 x 55 cm; lote 117) parece toda una declaración de intenciones. Juan Cuenca, Ángel y José Duarte, Agustín Ibarrola y Juan Serrano conformaron un conjunto atípico, donde primaba la autoría colectiva, el lenguaje abstracto y la necesidad de que la obra funcionase en cualquier de las cuatro posiciones posibles. Buen ejemplo es esta pieza, elaborada y con formas sinuosas de su última época, que se ofrece por 5.500 euros, en la línea de los 8.900 euros pagados en septiembre pasado en esta misma sala por un tríptico con tríptico, Sin título, 1960 (55 x 137 cm). De ese mismo año, en clara diferenciación, sorprende el precio de los 14.000 euros pedidos por un lienzo de calidad y cierto tamaño ya de Manuel Hernández Mompó, Sin título (73,5 x 54 cm; 121).
En 1965 un joven Eduardo Arroyo, que no llega aún a los 30 pero en plenitud de facultades, firma una pieza importante dentro de su producción: Titina en el puente de Arcole (O/L, 250 x 189,5 cm; 131); comprada en esta misma sala en octubre de 2004 por 38.000 euros, sale ahora al mercado por 35.000 euros, lejos de los 65.000 euros en que se remató en diciembre de 2010 en Sotheby’s París su también emblemático Velázquez mom père, 1964 (O/L, 146 x 112 cm), que había salido con una estimación de 20.000 a 30.000 euros. En ese lenguaje figurativo y con otro potente fondo sobre el que levanta su figuración casi expresionista, Juan Barjola pinta poco después, en 1975 para ser exactos, Ambiente rojo (O/L, 92 x 73 cm; 126); pieza de calidad y fuerza, sin duda, las pujas deberán comenzar por 22.000 euros.
Tras la figuración política que siguió a su trabajo con El Paso, Rafael Canogar evoluciona a la abstracción; muy buen ejemplo de este trabajo –que continuará desarrollando hasta nuestros días, con interés también en el trazo y en las texturas-, es su atractiva, quizá por lo simplificada, Composición, 1978 (O y collage/L, 116,5 x 89 cm; 128), por 8.000 euros. La evolución de Luis Gordillo, en cambio, deriva hacia formas duplicadas, desdoblamiento de su yo en continua terapia, o hacia formas moleculares, como la interesante propuesta de ¿Objeto? gris, 1987 (A/lino, 104 x 90 cm; 148) por apenas 9.500 euros; una oportunidad, sin duda.
Frente a estas intenciones, la pintura-pintura emerge con fuerza en los años ochenta en nuestro país. José María Sicilia, tras la figuración que culmina en París, en 1984 fundamentalmente; mira las ceras; de su época anterior, por tanto, es su oscuro Hércules y el león de Nemea, 1983 (O/L, 200 x 300 cm; 222) por 14.000 euros, que deberían subir. En cambio José Manuel Broto será uno de los grandes representantes de esa línea, y su potente Les échos V, 1995 (A/L, 200 x 200 cm; 199), por unos nada fáciles a día de hoy 18.000 euros, es un buen ejemplo.
En lo internacional, dentro de la colección de pop que ofrece la sala, sin duda me quedo con el magnífico grabado, mezcla nada menos que de litografía, serigrafía, xilografía y collage del gran Roy Lichtenstein, Reflections on Brushstrokes, 1990 (AP 11/16, 145 x 180,3 cm; 177), con un tamaño más que generoso y unos escasos 11.500 euros, que subirán.
Del siglo XIX, interesa especialmente el paisaje. Gran calidad se percibe en el del gallego Francisco Llorens, Valle de Barcia, Carral (Valle Esmeralda) (O/L, 60 x 94 cm; 24), con un muy buen tamaño por sólo 4.000 euros. Bastante menores son los de Carlos de Haes, Picos de Europa (O/L, 35 x 43 cm; 63-A) por 2.500 euros, y de su discípulo, Jaime Morera, Marina (O/T, 20 x 32 cm; 24-A) por 1.800 euros; merecen la pena.
Sin apenas espacio ya, la pintura antigua. Vean con detalle la Anunciación (77 x 54,5 cm; 29) a base de dos óleos firmados por Alonso del Arco por 4.000 euros. Interesante, aunque de tamaño menor, es también El sueño de José (O/T, 28 x 39 cm; 33), atribuido a Carlo Francesco Nuvolone –antiguamente se vio la mano del sevillano Murillo- por 4.000 euros, y el lienzo del mexicano Miguel Cabrera, Santo Tomás de Aquino, doctor angélico (61,5 x 50 cm; 37) por 5.000 euros. Una vez más, hay oportunidades en pintura antigua a precios mucho más asequibles que los vistos en contemporáneo… Enhorabuena a la sala por la atractiva oferta. Daniel Díaz @Invertirenarte