Excelentes ventas en esta primera sesión del año, con subidas sobresalientes en algunos de sus lotes
La sala de la calle Alcalá, es una de esas casas, en las que hay que estar especialmente atentos a los lotes que ofertan. Porque en la gran mayoría de las licitaciones, surgen oportunidades, que en algunos de los casos se traducen en subidas notables. Como el espejo del s. XVIII (708) en madera de castaño con restos de sobredorado, que salía por apenas 300 euros y ascendió de forma trepidante entre las diferentes pujas hasta alcanzar los 5.500 euros, más de 18 veces su estimación inicial. El mobiliario fue la sección que mejores resultados obtuvo. Pero no en los lotes a priori más importantes y que salían con precios más elevados. Como por ejemplo, el 747, una papelera española de la segunda mitad del s. XVII por 7.000 euros, o el peculiar mueble de órgano del s. XVIII, policromado en verde y dorado con escenas chinescas en 8.000 euros, que tuvieron que ser retirados por falta de compradores. El público se centró en los lotes aparentemente secundarios, que luego resultaron no serlo tanto. Como el 806, una consola en madera ebonizada en verde y sobredorada, posiblemente del s. XVIII y por la que pedían tan sólo 600 euros y se remató en 2.200. O el 356, un conjunto compuesto por sofá y cuatro butacas en madera tallada y sobredorada y una mesa de centro con tapa de mármol y que tras una disputa en cuatro de los teléfonos, acabó en 5.500 en uno de ellos, muy lejos de los 800 en los que comenzó. Especialmente llamativo fue el caso de las dos arquetas, 709 y 710, expertizadas como del s. XIX, siguiendo modelos de Limoges del s. XII, en metal esmaltado sobre alma de madera y representando escenas de Cristo. Y por las que se pensó un precio de salida de 400 euros cada una, los inversores pensaron que podían pagar por ellas 2.600 y 1.500 euros respectivamente.
Otra de las piezas que más competencia tuvo por quedarse con ella, fue el 749, un reloj de sobremesa francés del s. XIX, con la peculiaridad de las figuras autómatas representando músicos y malabarista ante un árbol florido. Por el que se pagó 5.500 euros, bastante más de los 800 en los que se taso inicialmente. En plata, lo más destacado fue, el 268, cubertería de 12 servicios en plata española, con un peso total sin cuchillos de 7.670 grs. que alcanzó los 5.000 euros tras el interés de dos compradores a los teléfonos, desde los 2.000 en los que comenzó.
Respecto a la escultura, pasó algo parecido a lo que fue una constante a lo largo de la licitación, los lotes más caros quedaron invendidos, centrándose las ventas en los que a los ojos de los coleccionistas podían ser una mejor opción de inversión. Como el 683, un tankard alemán posiblemente del s. XIX, en marfil tallado con escenas mitológicas, que se adjudicó por 3.100 euros habiéndose tasado en 2.000. Pero con un amplio margen aún para venderse con posterioridad. Como ya comenté en un artículo anterior, piezas como esta se han vendido en subasta, hasta en 8.000 euros como le ocurrió al lote 779 de la pasada edición del 29 octubre, celebrada en Balclis Barcelona. Igualmente, se vendió, aunque con una subida menor el 748, un grupo escultórico en marfil tallado en el que se representaba el rapto de una ninfa por un fauno. Salía en 2.400 euros y se remató en 2.600. También en marfil, en este caso de origen chino, c. 1900, era el 723, pareja de deidades sobre perros Fo. En 3.200 euros desde los 1.500 en los que partieron. Bastante interés acaparó el 309, un candelabro imperio de dos luces en bronce dorado y pavonado, en el que se representaba una figura de un paje portando dos antorchas. Y que tras una serie de pujas en dos teléfonos y una persona en la sala, logró adjudicarse a uno de los primeros en 1.700 euros, desde los 450 en los que comenzó.
La cerámica era otra de las secciones bien representadas, y en la que las ventas fueron desiguales. Siendo el “Surtout de table” en porcelana alemana de Vokstedt-Rudolstadt, de principios del s. XX, lo más relevante. Alcanzando la considerable cifra de 8.000 euros, más de tres veces su tasación inicial de 2.500 euros.
Esta edición es un claro ejemplo de que los coleccionistas buscan la mejor de las oportunidades, estudiando minuciosamente cada uno de los lotes, sin tener que invertir grandes cantidades de dinero. El mercado se mueve, pero no a cualquier precio. Mariano Santos @AntgOln