Licitación impecable la de este mes de marzo, apoyada en un sobresaliente catálogo, que sitúa a esta casa una vez más, un escalón por encima del resto. Obteniendo excelentes resultados, gracias fundamentalmente a piezas tan relevantes como el 238, un plato de plata española dorada, picada de lustre y con esmaltes aplicados. Un trabajo español de la época de Felipe IV, hacia 1650, una pieza realmente exclusiva que la llevó a que pagaran por ella la cifra más alta de las artes decorativas, 22.500 euros, lejos de los 15.000 en los que se había estimado su salida. De este mismo momento era el Cáliz en plata sobredorada (706) de la zona de Castilla, del tercer cuarto del s. XVII, dándose en 2.750 euros por ofertas en la mesa, desde los 2.250 en los que comenzó. Excelente también era el 702, un atril en plata repujada con rocalla, flores y escudos heráldicos, posiblemente del Virreinato de la Nueva España, h. 1770 – 80, por 5.500 euros, habiéndose tasado inicialmente en 3.500 euros. Sin embargo, no concluyó todo lo bien que se esperaba, la cubertería “La Maison de Louis Cartier” de 12 servicios, acabando en 4.750 euros, poco más de los 4.000 de su inicio.
La escultura fue el apartado con mejores ventas, y en el que destacaron lotes tan interesantes como el 323, “Dominio”, figura escultórica en pasta dura. Un bizcocho de la Real Fábrica de porcelana y loza del Buen Retiro, perteneciente a la segunda época, en la que era director Bartolomé Sureda (1803-1808); que hizo que el Estado ejerciera su derecho de tanteo en los apenas 1.000 euros en los que se remató. También de principios del siglo XIX era el 293, una pareja de pequeños leones recostados en alabastro por los que se interesaron dos coleccionistas en la sala que elevaron sus pujas hasta los 1.100 euros, desde los 300 en los que comenzaron. De época fernandina era el 161, un grupo flamenco bailando; formado por torero, bailadora y guitarrista del Malagueño Salvador Gutiérrez de León (1777-1838), ascendiendo hasta 4.250 euros, muy por encima de los 2.500 euros en los que empezó. Más notable fue todavía la subida del 843, cuatro bustos en intarsio en mármol blanco, ágata y marco de marquetería de piedras duras, un trabajo italiano de h. 1.800 y por los que pagaron en la sala 9.000 euros, más del doble de los 4.000 en los que se pensó su salida.
En bronce llamó la atención la venta de un extraordinario candelero (295) con forma de fauno arrodillado, del círculo de Severo Calzetta da Ravenna (act. h. 1496-1543) y perteneciente a la Escuela Paduana. Comenzó en tan sólo 500 euros y ascendió vertiginosamente entre ofertas en la sala, al teléfono hasta los 4.000 euros en una oferta previa en la mesa. Singulares eran la pareja de morillos en bronce patinado de estilo renacentista realizados en Italia en el s. XIX, vendiéndose por 2.250 euros más de dos veces su salida de 1.000 euros. Bastante complicado fue, hacerse con el 712, “Joven con dos niños” obra de Mathurin Moreau (1822-1912) por el interés de varios inversores, que elevaron el precio final hasta 4.000 euros, desde los lejanos 1.500 euros en los que partió. Excelente también era la Virgen con el Niño (877), realizada en madera en Francia en el siglo XIII, adjudicándola en 3.000 euros, habiendo empezado en 1.400 euros.
Respecto al mobiliario de diseño procedente de la tienda del Industrial y mecenas Juan Huarte, “H. Muebles”, lo más relevante fue el 784, juego de seis sillas “tulip”, diseño de Eero Saarienen (1910-1961), un modelo de 1956, y por las que pagaron 4.750 euros en una oferta en la sala desde los 3.000 de su estimación inicial. El resto apenas subieron; salvo las butacas (791) de Tobias Sparca (Venecia, 1935) por las que hubo varios interesados hasta 2.500 euros, habiendo salido en 1.000.
No me gustaría terminar sin hablar de uno de los lotes más importantes de la licitación, el 864, un rarísimo plato trinchero hispano-árabe en cerámica vidriada de Paterna, de la época del Reino de Valencia, h. 1325-50, con ejemplares en museos como el V&A de Londres, el Arqueológico de Madrid o el Valencia de D. Juan entre otros. Pertenecía a la colección de Gaspar Homar (1870-1953) y del que ya he hablado en alguna ocasión al ser uno de los ebanistas modernistas más importantes de nuestro país. Comenzó en 1.000 euros y tras una disputa en los teléfonos acabó en 3.250 euros. Mariano Santos @AntgOln